Nadar contracorriente es agotador y peligroso, porque se corre el riesgo de haber sobrevalorado las posibilidades de uno mismo y terminar siendo arrastrado por el curso natural del agua. Algo así parece que le está pasando al equipo directivo de Telefónica con la crisis que estamos padeciendo, por lo visto no se acaban de enterar de lo que pasa a su alrededor y continúan empeñados en tapar crecimientos negativos con otros generados a base de compras a precios fuera de mercado y remunerar al accionista por encima de lo razonable con el único objetivo de mantener el corto plazo y deteriorar lentamente los fundamentales de la empresa. En una situación de crisis financiera como la actual aumentar la deuda es como nadar contracorriente y no es lo que quieren los inversores, que prefieren seguridad y tener la tranquilidad de que incluso si la situación se complica más de lo que ya lo está, su inversión no corre el riesgo de volatilizarse, y Telefónica, hoy por hoy, con su empeño en dilapidar el excelente flujo de caja que genera retribuyendo a sus accionistas por encima de lo razonable, no amortizando parte de la deuda ya contraída y endeudándose más va en dirección contraria a los deseos de los inversores que prefieren meter sus ahorros en otras empresas, que las hay, con menos riesgo de perder.
Los inversores no son tontos y saben que lo que salva los resultados de la compañía es el excelente comportamiento de Latinoamérica, en especial de Brasil, y también parece que son temerosos de el daño que le puede hacer a la empresa no una recesión, sino una simple ralentización en el crecimiento de esta zona geográfica.
Gracias a la consolidación del 100 % de Vivo las ventas han crecido un 3,5 % pese a que el negocio en España ha retrocedido un 7,6 %, pero ahí se ha quedado el crecimiento porque hablando en términos homogéneos, sin tener en cuenta ni los beneficios ni los gastos extraordinarios, el EBITDA ha retrocedido y lo mismo el flujo de caja y el beneficio neto. Lo único que ha crecido es la deuda neta que ya representa 2,63 veces su EBITDA cuando en la mayoría de empresas competidoras esta alrededor de 2 veces o menos..
En el transcurso del año pasado los ratios del balance, que no son para tirar cohetes, se han mantenido estables pero con una ligera tendencia a empeorar sobre todo el endeudamiento que ha subido hasta 2,11 veces su patrimonio neto. Ahora, con la rebaja de su calificación crediticia parece que la empresa ya se ha tomado algo más en serio la necesidad de reducir el nivel de deuda, incluso ya ha realizado alguna desinversión, pero se mantiene en sus trece de retribuir al accionista demasiado generosamente, bien sea vía dividendo o mediante la recompra de acciones.
Para 2012 Telefónica espera que las ventas crezcan un 1 %, cree que el EBITDA disminuirá ligeramente y espera que la relación deuda neta/EBITDA disminuya hasta las 2,35 veces. Y aunque a alguien le puede parecer un objetivo fácil de conseguir, personalmente lo veo complicado tratándose de un mercado tan maduro y con una tendencia tan generalizada de los consumidores a reducir gastos superfluos.
En 2011 ha generado un flujo de caja operativo por acción de 3,58 euros y un beneficio neto de 1,36 euros de los que restado lo que le corresponde a los minoritarios se queda en 1,19 euros para los accionistas de Telefónica, por lo que aplicando un PER de 12 veces daría un precio máximo de compra de 14,28 euros pero la realidad es que cotiza por debajo de este precio y pueden haber dos motivos para justificarlo: el primero es que el mercado espere un menor beneficio para el año que estamos comenzando, lo cual está dentro de lo posible y segundo por su nivel de deuda, que no acompaña al ánimo inversor en la empresa ya que cotizando a 14,28 euros el ratio EV/flujo de caja libre es alto comparado con los valores alcanzados estos últimos años, indicando que debería de cotizar alrededor de los 11,50 euros.
Resumiendo: Telefónica, desde mi punto de vista, está pagando las consecuencias de haber sido demasiado generosa con sus accionistas desatendiendo su obligación de mantener y mejorar los fundamentales de la empresa, una visión muy cortoplacista del negocio que seguramente hará que la veamos cotizando alrededor de los 11,50 euros si no pone todo su empeño en reducir deuda o la facilidad de liquidez del BCE a las entidades financieras hace subir las bolsas.
Lógicamente esto no es una recomendación de compra, simplemente es una interpretación personal de la información que la empresa comunica a la C.N.M.V. y nada impide que se pueda comprar más barata.
Saludos.
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