Acceder

Ratios y valores clave para detectar buenos negocios en general.

Con las ideas tan claras, el éxito sólo es cuestión de tiempo
Con las ideas tan claras, el éxito sólo es cuestión de tiempo


Las cinco reglas para invertir en acciones con éxito, de Pat Dorsey, es un libro fantástico. Lo normal es que al buscar información por internet o en libros de inversión encontremos indicaciones y definiciones de cuáles son los ratios que se deben mirar para valorar empresas (casi todos los conocemos ya de sobra), pero pocos se mojan diciendo qué valores o dígitos deben tener esos ratios para considerarlos buenos. Llevaba tiempo buscando algo concreto al respecto, y por fin he encontrado algo. Cómo no, de la mano de uno de los mejores gestores y autores, y del que ya había leído su obra El pequeño libro que genera riqueza.

El objetivo del libro es conseguir identificar buenos negocios, aquellos con fosos defensivos suficientes como para mantener unos altos flujos de efectivo en el tiempo. En ese sentido, una de las primeras lecciones que nos ofrece Pat Dorsey para evaluar la rentabilidad de una empresa es fijarse en el flujo de caja libre, y no tanto en la cifra de beneficio contable, ya que este último puede ser muy manipulable por la compañía. 

Tan sólo con restarle al flujo de caja de operaciones las necesidades de inversión en capital, obtendremos el flujo de caja libre, que, según palabras de Pat Dorsey, es el dinero que podría sacarse anualmente de la empresa sin que ello afecte a su negocio principal. Según mi propia definición, sería el dinero neto que se obtendría de la actividad principal u operativa de la empresa, teniendo en cuenta o descontando todos los gastos e inversiones necesarias para que se pueda generar. 

Para hacer un rápido análisis de cómo de bueno es ese flujo de caja libre, Pat Dorsey simplemente dice que dividamos las ventas entre ese flujo de caja libre y podremos saber qué proporción de cada unidad monetaria ingresada puede la empresa convertir en beneficios extraordinarios, e indica que cualquier empresa cuyo porcentaje de conversión sea igual o superior al 5% es una máquina de generar efectivo, e indicativo de poder poseer un foso económico (entiendo que esto sea en caso de que se prolongue en el tiempo). Lo más interesante de todo es que afirma que a mediados de 2003, ¡sólo la mitad del S&P pasó esta prueba! 

Con esta rápida comprobación ya podríamos descartar un gran número de empresas que posiblemente no nos ofrezcan la suficiente protección sobre los ingresos y flujos de caja futuros, que al fin y al cabo es lo que va a determinar el desempeño de una compañía, y nuestra rentabilidad si hemos comprado sus acciones a buen precio. 

Otra lección que nos ofrece es fijarnos en el margen neto de la empresa, que es el beneficio neto sobre la cifra de ventas. Por lo general, una compañía que puede fijar márgenes netos por encima del 15% de forma sostenida indica que “algo están haciendo bien”. ¡Pero ojo!, no todo es blanco ni negro. Es preciso revisar muchas más cosas antes de elegir o descartar una empresa, ya que lo que hoy son buenos márgenes y ratios quizá mañana no lo sean (y viceversa) por un cambio disruptivo en la industria, por cambios en los gustos de los consumidores, cambios legales… Estas cifras o ratios pueden ser un buen indicador desde el cual partir, pero si sólo nos fijamos en ellos estaríamos ignorando la información que nos va a permitir entender el porqué de esos ratios, lo que a la larga nos ayudará a estar más convencidos o menos sobre lo bueno de la acción.

Por último, también nos habla del ROE (rendimiento sobre los recursos propios) y el ROA (rendimiento de los activos). Lo primero es el beneficio neto dividido entre el capital o patrimonio de los accionistas, o lo que es lo mismo, el beneficio por unidad monetaria de capital invertida por los accionistas en la compañía. Como regla global, nos dice Pat Dorsey que una empresa que consigue un ROE del 15% o superior de forma sistemática estaría generando retornos sólidos y es síntoma de que probablemente tenga un foso económico. En cuanto al ROA, nos ofrecería información de como de eficiente son las inversiones de la empresa en función de los beneficios obtenidos gracias a ellas. Aquí indica como referencia el 6-7% como referencia, si una empresa es capaz de superarlo de forma sostenida es probable que tenga una ventaja competitiva sobre sus competidores. 

Como ya he mencionado, es importante que esto no se mire sobre un solo año aislado, si no que se debe estudiar durante un período de tiempo suficiente como para considerar que es un patrón de comportamiento habitual. Según Pat, 5 años sería el período mínimo de evaluación, pero recomienda que este periodo sea de 10 años. También es importante que estos datos sean constantes, no se deben obtener calculando una media en el que un año el ratio Ventas/FCL es negativo y el siguiente del 15%, a no ser que circunstancias excepcionales lo expliquen. Por ello es importante no quedarse únicamente en los ratios e ir más allá en el análisis. 

Después nos quedaría mucho trabajo por hacer, tanto cualitativo como cuantitativo (por ejemplo, comparar los ratios de la empresa con los de la industria y con los de los principales competidores, ya que cada sector es un mundo), pero estas nociones generales cuantitativas pueden proporcionarnos un fácil y rápido método para detectar buenos negocios, o, al menos, para descartar aquellos que no lo son. Lectura recomendada.

¿Te ha gustado mi artículo?
Si quieres saber más y estar al día de mis reflexiones, suscríbete a mi blog y sé el primero en recibir las nuevas publicaciones en tu correo electrónico
Accede a Rankia
¡Sé el primero en comentar!