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Alternativas de inversión: “Smart Beta”

El mundo de los mercados financieros y las posibilidades de inversión están evolucionando constantemente. Por supuesto, que desde la vuelta al gráfico nos gustaría dar a conocer con la máxima precisión formas de inversión que os puedan ser útiles y aprovechar todas las opciones que se  ofrecen maximizando nuestro ahorro. En el post de hoy me gustaría tratar el concepto Smart Beta.

En primer lugar muchos de ustedes se pueden preguntar qué es exactamente la Beta, todo el mundo que siga medianamente la actualidad ha escuchado el término Beta. La beta nos indica la sensibilidad de un activo (acción/fondo) hacía un mercado o índice de referencia.

La fórmula básicamente se calcula como el cociente entre la covarianza (mercado, activo) y la varianza del mercado. Sin entrar en cálculos, podemos decir que la covarianza es una medida de la variación común a dos variables, es decir, una medida del grado de relación entre variables. La varianza es sencillamente el cuadrado de las desviaciones de una variable respecto a su media. Haciendo la raíz cuadrada de ésta, tendríamos la desviación típica, para los de letras, lo que llamamos volatilidad en los mercados. Si tenemos un fondo con una beta superior a 1, los movimientos del activo respecto al mercado serán mayores y menor que 1 reducen los movimientos respecto al mercado.

Pongamos un ejemplo sencillo: si mi fondo tiene una beta de 1,2 significa que se moverá un 20% más que el mercado de referencia. Por el contrario si fuera de 0,8 su variación sería en el mismo porcentaje que el anterior pero en signo contrario, es decir, un 20% menos.

El concepto Smart Beta podría definirse como un híbrido entre la gestión activa y pasiva, ya que recoge algo de ambos estilos de inversión. Este tipo de fondos busca mejorar el perfil de rentabilidad y riesgo frente a los índices tradicionales sobre la base de modificar la ponderación de un índice de referencia con factores como los dividendos, volatilidad, PER, momentum, valor contable,etc..

En los setenta, Barr Rosenberg Associates llevaron a cabo una serie de experimentos estableciendo múltiples combinaciones entre los principales factores de las inversiones financieras buscando mejorar la rentabilidad de las mismas creando por entonces la “Beta Biónica”.

Estamos hablando de los precedentes a lo que se conoce como las estrategias de Smart Beta, beta inteligente o beta alternativa. El término Smart Beta fue acuñado por la empresa americana de asesoramiento financiero Towers Watson y es que después del lanzamiento del primer ETF en 1993, el debut de un fondo bajo las directrices Smart Beta no se produjo hasta 10 años después, en 2003.

Este tipo de productos ofrecen la posibilidad de diversificar la cartera con un  coste mejor y reduciendo volatilidad en comparación con otros más tradicionales. Es una gestión transparente ya que el inversor conoce en todo momento los criterios aplicados para una estrategia determinada.

Tenemos estrategias desde comprar acciones con PER bajos o con volatilidades inferiores a la del mercado, intentando minimizar el riesgo, una estrategia totalmente aplicable al momento que vivimos. Otro modelo puede ser aplicando filtros de momentum, es decir, acciones que han subido en los últimos meses  y que según la propia teoría son más propensos a subir en un futuro próximo. El siempre recurrente factor de los dividendos buscando empresas en los que se sitúen en niveles elevados y con cierta estabilidad.

Los productos Smart Beta desde mi punto de vista tienen una gran utilidad en las carteras ya que te permiten introducir un factor de diversificación que, combinado con los ya presentes, te pueden ayudar a obtener un retorno superior al que te puede dar la mera réplica del índice. De este modo, disponemos de un producto más eficiente desde el punto de vista de los costes, transparencia y liquidez. Evidentemente lo anterior se cumpliría si la rentabilidad no justifica la diferencia en costes.

La crisis financiera de 2008 ha dejado una cicatriz psicológica a los inversores, con movimientos extremos de mercado, elevada volatilidad y pérdidas significativas en sus portfolios. Por tanto, los inversores comenzaron a demandar productos con una mayor flexibilidad en la asignación de activos (soluciones tácticas), elevada liquidez, mayor transparencia y eficiencia en costes.

La inversión en smart beta ha dejado de ser una moda pasajera y ya representa casi una quinta parte de los flujos de inversión en ETF en Estados unidos. Según estimaciones de Invesco, podrían alcanzar un 30% de la cuota de mercado en un futuro próximo.

 

 

                                                                       Fuente:Invesco

Para ser honestos, el término anglosajón “smart” es cuanto menos sexy y si lo vestimos con un argumento comercial de estrategia de inversión que permite obtener mejores rentabilidades con un menor riesgo, nos encontramos con un producto perfecto, que en base a sus fundamentos nos cautivaría a cualquier inversor. Por supuesto, en una industria tan competitiva, aquellos que ven reducidos sus volúmenes de contratación (gestión activa) emiten juicios negativos y son más partidarios de lo que ellos llaman el Smart Alfa; sosteniendo que la única forma sistemática de batir el mercado se debe a la habilidad, talento y la experiencia de los gestores. De momento no tenemos conclusiones al respecto, ya que no disponemos de una serie histórica con suficiente profundidad que pueda contrastar las bondades de este tipo de inversión. Realmente solo hemos podido disponer de datos desde 2011.

Este tipo de estrategias desafían la Teoría de Gestión de Carteras del maestro Markowitz sobre la que ha asentado la línea de pensamiento clásico del mundo financiero y que nos convencieron que para lograr una mayor rentabilidad hay que asumir un mayor nivel de riesgo; Sin embargo, hoy la experiencia demuestra que esto es cierto pero sólo a corto plazo. Les invito a hacer las algunas reflexiones en las que ustedes mismos se convencerán de que casi nada es lo que parece.

¿Son los valores que más ponderan por capitalización en un índice los que más rentabilidad y menos riesgo proporcionan a una cartera o a un índice?, ¿ son los títulos con menor volatilidad los que menos retorno proporcionan? o acaso ¿las acciones con mayor rentabilidad por dividendo son las que más rentabilidad proporcionan a lo largo del tiempo ?. Las respuestas a todas estas preguntas es que la realidad nos demuestra que esto no es así. Mayor ponderación, no implica mayor rentabilidad ni mayor o menor nivel de riesgo ni de rentabilidad por dividendo de forma sistemática.

La búsqueda  de rentabilidad es quizás el mayor desafío que afrontamos los inversores con los niveles de tipos actuales. Este tipo de estrategias se antojan imprescindibles para tomar exposición a una clase de activos en concreto en forma de que mejore la diversificación y la rentabilidad ajustada el riesgo aprovechando las anomalías del mercado.

Finalmente, quisiera concluir afirmando que la aparición de este tipo de productos en el panorama de la gestión de carteras es una noticia magnífica y muy positiva para todos: tanto inversores particulares cómo profesionales. De este modo, va a obligar a efectuar una selección natural de forma que los productos de gestión activa que no proporcionan valor añadido real a sus clientes,  desaparezcan y al mismo tiempo, aquellos vehículos de inversión de gestión pasiva eficientes tengan que ser más económicos en materia de comisiones para competir con las estrategias de Beta inteligente.

Javier Flórez

@FlorezJav

 

Las opiniones, consejos, ideas, etc que leas en este blog, son sólo opiniones. En concreto las opiniones personales de Javier y de Tomás, no las de ninguna entidad.

Ningún post de este blog tiene en cuenta tus circunstancias personales y nada en este blog puede ni debe considerarse como asesoramiento de ningún tipo.Tampoco deberías considerarlo como una oferta o invitación de compra o de venta de ningún instrumento financiero. Invertir en los mercados no es un juego. Cada día se gana y se pierde mucho dinero y son tantos los factores que pueden influir las valoraciones que es imposible predecir sus movimientos con seguridad.

Podríamos tener exposición ya sea personal o a través de alguno de los productos que gestionamos en las entidades para las que trabajamos, en alguno de los activos que comentamos en el blog.

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