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El riesgo de cola más presente que nunca

Ante la actual situación de los mercados, la pasada semana en una entrevista en Estrategias de Inversión Tomás García-Purriños (creador de este nuestro blog) citaba que en las actuales circunstancias y sobre todo por la incertidumbre que genera la economía china debíamos de ser prudentes y cubrir el riesgo de cola, o en modo molón anglosajón “tail risk” (más de tres desviaciones típicas de la media de los retornos de una inversión).

Sin entrar en conceptos estadísticos muy arduos el concepto de riesgo de cola no es más que dentro de una curva de distribución normal, los rendimientos más probables se concentran en la parte central, representando  los retornos medios esperados con los resultados menos probables situándose hacia los extremos. En este caso lo situaríamos en la parte izquierda de la distribución (rentabilidades más bajas) en la parte derecha tendríamos el lado positivo de los valores extremos de los rendimientos.

 

 

 

 

Los riesgos de cola suelen causar crisis económicas o financieras de magnitud relevante. Estos shocks que estallan de repente extienden el pánico rápidamente en los mercados y se cree una espiral negativa de caídas que hunda todavía más las cotizaciones. Tienen un carácter generalizado y una magnitud ciertamente impredecible.

Os recomiendo el libro de Nassim Taleb, “El cisne negro”, utiliza este término metafórico  que trata expresamente este tema con una visión muy interesante. Habla de los fundamentos psicológicos de los inversores, la obsesión por predecir y las limitaciones de los sistemas de riesgos para predecir este tipo de comportamientos.

Las estrategias de carteras tradicionales suelen incorporar las distribuciones normales a la hora de formular hipótesis de mercado, basando las decisiones de asignación en una distribución de rentabilidades relativamente abultada en torno a la media y muy estrecha hacia los extremos derecho e izquierdo. Es verdad que los mercados tienden a comportarse de manera normal aunque los períodos de tensiones financieras han aparecido con más frecuencia en las últimas décadas ocasionando colas más gruesas de lo normal.

Me vienen a la mente los casos del lunes negro en octubre de 1987, los problemas con las divisas asiáticas en el 97, la burbuja tecnológica en el 2000 o la más reciente de las hipotecas subprime en 2007. Subestimar esas probabilidades y la gravedad de estos eventos puede acarrear consecuencias catastróficas en una cartera en el largo plazo.

La cuestión es prepararse para lo impredecible, como el proverbio inglés que reza: “Hope for the best and prepare for the worst”, algo así como: espera lo mejor y prepárate para lo peor. Una forma de intentar estar protegido es profundizar los rasgos en común de los eventos de cola hacia la izquierda. La historia nos dice que se han generado una serie de respuestas comunes: el endurecimiento de las condiciones crediticias, huida hacía activos de máxima calidad (títulos del tesoro a corto plazo y determinadas monedas), incrementos de la volatilidad así como de correlaciones entre todos los sectores del mercado. Del mismo modo, un hecho que no podemos dejar pasar es la reducción de la liquidez en determinadas clases de activos.

Evidentemente la cobertura de riesgo de cola supone un coste sobre todo a corto plazo, ya que en largo plazo pretendemos mejorar las rentabilidades mitigando pérdidas cuando se produzcan tales eventos, facilitando liquidez en medio de la tormenta, ya que muchos inversores se verán obligados a vender y pudiendo asumir mayores riesgos en otras áreas de sus carteras. La cobertura del riesgo de cola puede compensar con creces su coste a largo plazo.

Se me ocurren algunas estrategias razonables que podríamos implementar en nuestras carteras para tener bajo control el tan temido tail risk.

Por ejemplo, podríamos put fuera de dinero por ejemplo en un 20% aunque debemos asumir esa caída si se produce el evento, aunque podemos del mismo modo vender call para financiarme esas put, aunque reduciríamos el beneficio.

Ser muy consciente de lo que compras y tener muy claro la rentabilidad objetivo de lo que me puede dar esa inversión, una de las mejores coberturas es vender cuando cuando tenemos la convicción de que el valor/mercado está caro.

La liquidez es clave para abordar el riesgo de cola, permite comprar cuando todos venden y disminuye la volatilidad del conjunto de la cartera. Recuerda que las correlaciones aumentan en momentos de pánico y las caídas suelen más bruscas que las subidas.

Otro de los puntos que podríamos tener en cuenta es la diversificación. Una cartera diversificada por activos y rebalanceada de manera periódica permite vender cuando un activo está caro y comprar cuando está barato. La diversificación tiene un coste de oportunidad asociado, en la diversificación algún activo perderá temporalmente mientras el resto ganará.

Probablemente podamos incluir dentro del concepto anterior (diversificación) tener activos con rentas periódicas como: valores con dividendos recurrentes, renta fija o fondos de reparto como puede ser en estos momentos la Socimis. De este modo podemos disfrutar del rendimiento de nuestras inversiones periódicamente, intentando olvidar (al menos durante un tiempo) su valor de mercado.

También podríamos focalizar nuestros esfuerzos en empresas con baja volatilidad que en largo plazo se comportan mejor. Compañías que de forma sostenida y constante incrementen su dividendo con fondos obtenidos del propio negocio. Seguro que se nos vienen a la mente compañías que pedían prestado dinero para pagar dividendos, algo que va en contra de tener un perfil financiero sólido y aumenta la vulnerabilidad ante situaciones de estrés.

Serían interesantes también las estrategias long/short, esta manera de inversión no es más que tener una posición comprada (long) que se beneficia de la posible subida del mercado y una posición vendida (short) a la que favorecen las caídas. Es una modalidad de gestión alternativa y en nuestro país que es básicamente un país de ahorradores y no de inversores no es una práctica muy habitual. Es una buena alternativa para períodos en los que soportamos gran volatilidad como el actual, siendo una solución táctica a nuestra cartera.

Otra solución, como demostramos aquí, puede ser el oro.

Evidentemente, la protección de cola que elijamos dependerá de nuestra cartera, de nuestros conocimientos y de la probabilidad que demos a este evento. Este post es una generalización con lluvia de ideas, pero cada caso será diferente y distinto y dependiente de nuestras características únicas como inversores, así que no lo toméis como una recomendación porque no lo es.

Como hemos visto, he citado un buen número de estrategias que debemos tener en cuenta a la hora de gestionar el riesgo de cola. Todas y cada una de ellas son perfectamente aplicables a nuestras carteras. Teniendo en cuenta la propia naturaleza de un evento (generalizado e impredecible) tenemos una elevada probabilidad de vernos impactados por sus efectos podemos salir airosos posicionando nuestra cartera para el futuro cuando los vientos del riesgo de cola sean favorables para nuestra cartera.

Javier Flórez
@FlorezJav

Las opiniones, consejos, ideas, etc que leas en este blog, son sólo opiniones. En concreto las opiniones personales de Javier y de Tomás, no las de ninguna entidad.

Ningún post de este blog tiene en cuenta tus circunstancias personales y nada en este blog puede ni debe considerarse como asesoramiento de ningún tipo.Tampoco deberías considerarlo como una oferta o invitación de compra o de venta de ningún instrumento financiero. Invertir en los mercados no es un juego. Cada día se gana y se pierde mucho dinero y son tantos los factores que pueden influir las valoraciones que es imposible predecir sus movimientos con seguridad.

Podríamos tener exposición ya sea personal o a través de alguno de los productos que gestionamos en las entidades para las que trabajamos, en alguno de los activos que comentamos en el blog.

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