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Ante todo, debo aclarar que soy un gran admirador de Alan Greenspan. Bajo su mandato en el Federal Reserve la economía norteamericana vivió el período de más alto crecimiento con la inflación más baja vista durante mucho tiempo, y posiblemente su historia. El que reconozca sus errores lo honra aún más.
Hace poco, Alan Greenspan, ex Chairman de la Reserva Federal Norteamericana declaró: "Aquellos de nosotros que pensamos que es del interés propio de las compañías el proteger el interés de sus accionistas, yo entre ellos, estamos en estado de incrédula sorpresa".
Todavía estamos mareados de las vueltas que nos está dando el huracán, y mareados es muy difícil hacer un diagnóstico cierto de lo que ha pasado para llegar a esta situación y mucho menos para tomar las medidas necesarias. Sólo la neutralidad y frialdad que dan el tiempo nos ayudarán en un futuro a estudiar de una forma más académica los eventos que nos han llevado a esta situación.
Unos, como la escuela Austríaca, dicen (con su buen grado de razón), que la crisis fue fomentada precisamente porque no existe un verdadero "libre mercado". Que el hecho de que el Federal Reserve controle las tasas a corto plazo mediante sus mecanismos es un factor desestabilizador de la economía.
Por otro lado están los neo-reguladores, que piensan que la solución de todo es ponerle un ojo a todo lo que se hace.
Cierto que una regulación más férrea probablemente hubiera evitado este desastre, pero también es cierto que hubo factores que distorsionaban el libre mercado que ayudaron a fomentar la burbuja.
Un ejemplo son esos monstruos amorfos conocidos como Fannie y Freddie, cuyo propósito era precisamente distorsionar el mercado. Otro factor distorsionador son las calificadoras de riesgo, un oligopolio que funciona en claro conflicto de intereses.
Así que el "libre mercado" no estaba tan libre, aunque tampoco está claro que liberarlo completamente hubiera evitado esta crisis.
Probablemente la solución, como siempre, está a mitad de camino. Esto que estamos viviendo, más allá de crisis, es uno de esos eventos que generan un trauma lo suficientemente importante como para repensar el sistema vigente.
El error de Greenspan es el error del sistema, "asumí que las organizaciones trabajaban en su propio interés".
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Si las organizaciones fueran entes independientes que se preocuparan por su supervivencia, esto no hubiera ocurrido. El problema es que las organizaciones están compuestas de personas, y las personas (o al menos los protagonistas de esta historia) no piensan en la "supervivencia de la compañía". Las personas que estaban a cargo del sistema financiero durante la historia reciente pensaron en su propia supervivencia, y prefirieron obtener unos bonos anuales de varios millones de dólares, aunque al hacerlo comprometían la viabilidad de la compañía en el largo plazo (no creo que sus pretensiones hayan sido cargarse al sistema financiero por completo).
Desgraciadamente (o afortunadamente), son las "acciones humanas" y no las "acciones de las compañías" las que conforman la economía.