Los mercados financieros parecen encontrarse plagados de dudas últimamente, y tienen buenos motivos para estarlo: el mapa económico y financiero del planeta muestra realidades muy disímiles. El siguiente gráfico de Economy.com muestra la situación económica de diferentes países en función de sus niveles de actividad económica: rojo significa recesión, naranja moderación, celeste recuperación y verde crecimiento.
Como podemos observar, la situación de los países desarrollados (Europa y Estados Unidos) es bastante más débil que la de los países emergentes (Asia y Lationamérica) para generalizar un poco la imagen. Por supuesto que analizar la situación solamente desde esta perspectiva es un enfoque bastante limitado, es muy diferente por ejemplo la situación de Canadá a la de EEUU, como también es muy diferente lo que pasa en Alemania que en España.
Sin embargo, el principal problema no radica en las diferentes tasas de crecimiento por países o regiones, al contrario, el problema es la interconexión que existe en la economía moderna.
¿Cómo hacen los países emergentes para poder tener altas tasas de crecimiento con un presupuesto fiscal equilibrado y una balanza comercial positiva?
Fácil, si alguien está produciendo más de lo que consume es porque hay otro que consume más de lo que produce. El consumidor global, por excelencia, sigue siendo el consumdor norteamericano.
Desde hace un tiempo se vienen observando serios signos de desaceleración en Estados Unidos, desaceleración no necesariamente significa una nueva recesión, pero todas las recesiones comienzan con una desaceleración. Algunos datos de la última semana, francamente, van tomando un tono basante preocupante.
Analizamos en el siguiente gráfico la confianza del consumidor en EEUU medida por la Universidad de Michigan (las zonas sombreadas representan recesiones)
Algunos puntos salientes:
- La caída reportada el último Viernes fue la peor desde Octubre del 2008, momentos nada felices para la economía global o los mercados financieros.
- Niveles como el actual (66.5) están muy por debajo de lo que podría esperarse para una economía en recuperación, por el contrario, están cerca de niveles recesivos.
- Es importante tener en cuenta que las expectativas del mercado para este dato eran de 74.5, mientras que el consenso de los economistas estaba en 74. El dato anterior había sido de 76 puntos.
- Si uno analiza los diferentes componentes de la encuesta, la caída parece ser bastante amplia y no se trata del efecto de un componente en particular.
Lamentablemente, el indicador de confianza del consumidor no es el único que ha mostrado claras señales de debilidad en las últimas semanas (ver notas relacionadas). Si esta tendencia no se revierte pronto, estaremos cada vez con mayor probabilidad frente a las puertas de una nueva recesión global.
El término global debe ser leído con enfásis, ya que considero que si colapsa nuevamente el consumidor estadounidense, las perspectivas de los países emergentes se verían fuertemente complicadas.