Debido a los casos recientes de Banco de Madrid e Interdín, muchos inversores se preguntan si los brókers o bancos depositarios donde están sus ahorros son fiables.
La elección del bróker es otra tarea más, por parte del inversor, a tener en cuenta, ya que aporta otro grado de riesgo a nuestras inversiones. No es lo mismo utilizar un bróker de Malta, que recién empieza, que trabajar con JP Morgan. El bróker nuevo, sin licencia, muy probablemente nos ofrecerá las mejores comisiones del mercado, mientras que operar con JP Morgan nos saldrá mucho más caro. Como se suele decir, lo bueno se paga.
Sin irnos a extremos, podemos encontrar multitud de brókers de primera línea, con sus registros pertinentes y buena salud financiera.
Sin embargo, podemos hacer el mejor trabajo de "due diligence", y aún así siempre existirá un riesgo de pérdida.
Ante estos posibles casos, ¿qué hacer?
Ante estos casos ya sólo nos queda acudir al seguro que el bróker tenga contra los depósitos, cuya cantidad dependerá de dónde esté regulado. Por ejemplo, los brókers en España están respaldados por el Fondo de Garantía de Depósitos, que cubre hasta los 100.000€.
En cambio, algunos brókers americanos, como el que usamos dentro de nuestro Programa de Inversión, además de cumplir con la regulación pertinente, están respaldados por el SIPC "Securities Investor Protection Corporation".
El SIPC es un seguro de depósitos para los clientes, pero mucho mejor que el FDGD, ya que cubre hasta $500.000, con un máximo de $250.000 en cash.
En el caso del bróker con el que trabajamos, además tiene un seguro adicional con Lloyd's of London de hasta $30 millones (con $900.000 de límite en cash). Es decir, hablamos de hasta $30 millones en activos por cuenta y $900.000 en efectivo, y el doble si abres la cuenta conjunto con tu pareja.
Un inversor debe conocer también estos pequeños detalles, que lamentablemente sólo nos acordamos de ellos cuando hay problemas.
@sergionozal