Si se compara el futuro del Ibex 35 con los futuros de otros índices europeos cabe descubrir la mayor fuerza del primero en numerosos detalles.
Si se compara con el futuro del Dax se puede observar no sólo una mayor verticalidad en la subida y unas correcciones menores, sino también cómo el Ibex en el tramo alcista de julio no realizó un retroceso a la zona de resistencias superada y cómo en el tramo de noviembre ha sido capaz de superar sus máximos previos.
Si se compara con el futuro del Euro Stoxx, se puede apreciar cómo el Ibex ha alcanzado la zona de congestión de junio a octubre de 2007 y se ha mantenido por encima del rango inferior de la misma, mientras que el Euro Stoxx se ha quedado lejos de su zona correspondiente en 3.500 y ni siquiera ha conseguido superar la parte baja de la misma.
Si se aplica el indicador de
Fuerza Relativa, igualmente se puede ver cómo en las últimas semanas ha aumentado su fuerza respecto al futuro del Cac 40 francés, pero cómo ha disminuido frente al Dow Jones estadounidense, que ha sido de los pocos,
emergentes aparte, en aguantarle en la partida.
La conclusión debería apuntar a que conviene vender cualquier otro futuro europeo antes que el Ibex 35. La duda, sin embargo, radica en la gran cuenta pendiente que tiene el futuro español con la zona comprendida entre 9.800 y 10.000 puntos. Cuando llegue el momento de las caídas, la pista fundamental se encontrará en el nivel de los 10.500; si no consigue respetar esa zona debería darse un tramo vertical hacia la zona de los 10.000.