En los mercados de renta fija, los tipos de interés de la deuda pública estadounidense y alemana cotizan en mínimos históricos. La volatilidad en los mercados de divisas es elevada y los precios de las materias primas cotizan con pérdidas relevantes. Todos estos mercados presentan ya hoy en día dinámicas de comportamiento compatibles con un escenario de contracción del crecimiento económico. Los únicos que hasta el momento parecen hacer caso omiso de los riesgos geopolíticos, macroeconómicos y financieros que nos rodean son los mercados bursátiles. Las bolsas siguen cotizando a día de hoy con valoraciones difícilmente justificables con la información fundamental disponible. Si el flujo de información tanto macroeconómica como a nivel empresarial que se dará a conocer a lo largo de este trimestre no confirma una reaceleración del crecimiento a nivel global y, en particular, de los beneficios e ingresos empresariales, el mercado se verá obligado a revisar sus expectativas de cara a los próximos trimestres con la consiguiente caída de las cotizaciones. Ya avisamos que el rebote alcista post Brexit no tenía respaldo fundamental y que debería ser transitorio. Estamos ya en plena digestión de medio y largo plazo del nuevo contexto abierto por la decisión de los británicos. Va a ser una digestión larga y pesada, aderezada además con otros factores de riesgo entre los que cabe destacar: los problemas de solvencia de la banca europea en general y de la periférica en particular, la transición del modelo de crecimiento en China, las elecciones presidenciales en Estados Unidos…
Veremos qué nos dicen los datos oficiales de empleo que se publicarán este viernes en Estados Unidos. Por el momento, seguimos sin ver argumentos a nivel fundamental que justifiquen una recuperación sostenida de los mercados bursátiles. Sobre la base de lo anterior, continuamos abogando por una estrategia de inversión defensiva, por el mantenimiento por ahora de niveles elevados de liquidez en cartera como medida transitoria de protección, y el ir poniendo a trabajar poco a poco esa liquidez de manera coherente con una estrategia de inversión anticíclica, esto es, capaz de generar rentabilidad en un entorno de mercado bajista.