Hay que entender el contrato de hipoteca como un contrato de alquiler con el banco.
El banco te deja dinero a cambio de ladrillos que le has de entregar si no le pagas el dinero que te he dado.
O sea, que con el pago de la cuota, vivimos en una propiedad que no es nuestra. Es del banco, porque en realidad son ellos los que tienen el derecho sobre la propiedad.
Nosotros sólo la ocupamos en función del pago del alquiler (cuota) con derecho a quedarnos la propiedad cuando terminemos de abonar el importe que ellos han adelantado (más intereses, aquello y lo otro).
Así que, llegado el caso, no pagar la cuota es no pagar el alquiler y hemos de devolver la propiedad al banco.
Lo malo, como dice rbdn, es que, además, te vas a quedar pagando una diferencia que pactaste con el banco en caso de que incumplieras el contrato.
¿Qué pensamos del inquilino que no afronta el pago de su renta?
Pues lo mismo que debemos pensar con el deudor que no afronta el pago de su contrato de hipoteca.
Ni más, ni menos.
El inquilino debe conocer todo lo que le corresponde en cuanto a derechos y obligaciones.
El deudor que firma una hipoteca, de igual manera, ha de ser consciente de sus derechos y obligaciones.
Las exigencias las marca la ley establecida para esos contratos.
Ni es un verdugo el arrendador, ni lo es el banco.
Sólo exigen el cumplimiento de un contrato que tiene su formalidad legal.
¿Quién no sabe que si deja de pagar un contrato de alquiler se va a ver en la calle?
Nadie.
¿Quién no sabe que si deja de pagar un contrato de hipoteca se va a ver en la calle y que, además, deberá al banco todo lo que dice la hipoteca?
Probablemente habrá muchas personas que aleguen ese desconocimiento, pero ya saben “el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento”.
No obstante, claro está, es muy jodido verte en la calle con la sensación de derrota por una ilusión, en la que embarcaste, en algunos casos, además, a toda la familia.
Pero, ¿a cuántos ilusos no se los ha llevado la corriente por querer meterse a navegar sin tener una base sólida con la que aguantar si venían mal dadas?
Bien es verdad, que teniendo un trabajo fijo y con muchos años, nos hemos creído que esa situación no iba a cambiar y nos han pegado un palo.
Eso es una putada del sistema al que le importa un carajo al que joda.
Me tropecé una vez en una subasta a un extranjero que me dijo: “A mí no me importe que me echen de la casa. Vivimos un tiempo y a mi mujer no le gustaba. No hemos pagado nada desde que decidimos que ya no la queríamos. Yo no tengo nada más a mi nombre y nunca van a cobrarme el resto. Búsqueme otra vivienda, la pago en efectivo y la ponemos a nombre de mis hijos”.
Este si tenía claro que el sistema no le iba a joder.
Saludos,
TaiChi