No conozco al tal Santiago pero propongo una predicción alternativa de su catastrofista visión. Desde el comienzo del mileno hemos vivido una de las mayores correcciones a nivel económico, social y geopolítico de la historia del hombre. El boom tecnológico del 2000, que muchos economistas recuerdan con terror, siendo este miedo precisamente el causante de muchos de los males y del pesimismo que vivimos hoy día. Hemos tenido una década de corrección desde entonces, de adaptarnos a la sociedad de Internet, donde todo parecia la panacea (y en realidad lo era) aunque aún el pan estaba demasiado poco hecho. La mayoría de analistas e inversores actuales, de la gente que importa, no me equivoco demasiado si digo que superan los 50 años. Creo que es extremadamente difícil que esta gente recupere la confianza, o siquiera entienda plenamente el potencial, de un mercado que ha dejado atrás su parte fósil, y no sólo me refiero a los combustibles. El mercado actual es más volatil, sí. Pero para mí más volatibilidad significa más beneficio ahora, a corto plazo, más potencial de crecimiento. En la sociedad de la información, con ese "país" Facebook" de más de 400 millones de personas, a la que no todos se están adaptando bien, las cosas evolucionan de una manera exponencial. Supongo que este hombre se basará en los datos de bancos, sagradas instituciones y analistas de pedigrí. Pero son estos dinosaurios, los que con sus vaticinios catastrofístas están lastrando la situación actual. ¿Crisis? Claro, claro. Pero si miro por la ventana cada vez veo una sociedad más tecnológica, más avanzada, más rápida, más limpia y más modernizada que nunca. Dejemos de llorar en las faldas de nuestras madres y de hacernos cruces en el pecho ante la supuesta catástrofe. Más bien armémonos de nuestros brokers, de nuestras aplicaciones informáticas y nuestros tables y salgamos ahí fuera a hacer negocios, a hacer dinero y a vivir la vida.