Hola a todos.
Ya ha pasado la semana en el Masnou, y todavía estoy asimilando la experiencia. Los que ya habéis pasado por aquí sabéis de que hablo.
Muchas gracias por los ánimos, hacen que no te sientas tan solo delante de la pantalla en la habitación del hotel. Me alojé en el Torino, muy agradable y ambiente familiar.
Desde el primer día Ferrán se emplea a fondo, derrocha energía y exige lo mismo, atención al 100%, sin despistes. No se puede perder el tiempo. El temario es denso , no es fácil, conceptos nuevos que asimilar…
Cuando vamos a empezar a analizar gráficos mi ordenador no da la talla. Poco profesional me dice. Tiene razón. A la basura y corriendo a por otro. He perdido un tiempo precioso, que se encarga de hacerme recuperar por la noche. Más presión para llegar al objetivo.
Presión, angustia, no veo las cosas, y lo que veo con esfuerzo y lentamente, mi mente echa humo.. sigue esforzándote, nadie te regala nada. Repetimos conceptos para anclarlos en la mente.
Poco a poco las piezas del puzle comienzan a casar, de las ruinas de mi cerebro surgen visiones de nuevas construcciones, siempre han estado ahí, nunca las he visto, ¿cómo es posible?. Todo comienza a tener sentido…Hay que tener en cuenta muchos inputs, todos importantes, todos decisivos, pero combinados de la manera adecuada dejan ver la realidad. Toda mi vida he estado ciego, nunca más.
No todo es trabajo, los desayunos y comidas son un paréntesis de calma. Conversaciones muy interesantes. Compartimos experiencias y descubro una persona excepcional, diferente, soy así, dice Ferrán. Es verdad, la gente no es así.
Jordi un fenómeno, su familia también, y los parroquianos del bar entrañables. Jordi se merece muchas cosas…ya sabemos de qué hablamos. Por cierto, uno de los días nos prepararon unos huevos fritos con patatas, chorizo longaniza y tocino, de lo mejorcito que he probado. Buff, cómo estaba el tocino… el problema fue que esa tarde la sangre no estaba donde debería…en el cerebro. No puedes enfrentarte a Ferrán con la mente embotada, ya se encarga de ponerte las pilas y leerte la cartilla.
Los días pasan demasiado rápido, y antes de lo que me gustaría llega el examen. Apenas he dormido en toda la semana. No hay tiempo. La falta de sueño y el esfuerzo acumulado pasan factura. Sé que he cometido errores, me temo lo peor…Corrección dura, exhaustiva, verdades como puños…Las peores horas de mi vida, me veo fuera, el final del camino, el final de una ilusión. Los mercados son así, sin piedad, no todo el mundo vale.
Dame cinco minutos para puntuar y te llamo, me dice. Subo, recapitulación del examen y de la semana. Veredicto: ¡APROBADO!. Aprobado justo, muy justo, justísimo, pero estoy dentro.La emoción se desborda, lo he conseguido, el esfuerzo titánico ha dado sus frutos. Jamás en mi vida me había costado tanto un aprobado…y justito.
Mi vida ha cambiado, te lo dije y te lo repito, ha sido la semana más importante de mi vida. Ahora sé cuál es el secreto, trabajo, trabajo y trabajo. Ya sé lo que tengo que hacer.
Gracias Ferrán.