La ciencia se distingue de las religiones en que no basta con creer en las cosas, hay que apoyarlas en evidencias sólidas. O era así hasta la llegada de la ciencia climática.En qué datos te basas para decir que la sequía de este año, o de cualquier año en un país de sequías pertinaces, se debe en todo o parte al calentamiento (no hablemos ya de nuestras emisiones)? Acaso hay datos para demostrar que en España las sequías están aumentando de forma significativa en los últimos 45 años? Incluso si así fuera (que no es), ¿cómo sabrías que el cambio se debe al incremento de temperatura y no a otro factor o a variabilidad intrínseca?O sea, que nos tenemos que creer que la sequía actual es diferente a otras anteriores porque se debe al calentamiento y nos tenemos que creer que el calentamiento se debe a nuestras emisiones, todo ello sin ninguna evidencia sólida. Hablamos de religión, no de ciencia, con sus sacerdotes que interpretan las sagradas escrituras (científicos que interpretan modelos que no se pueden poner en duda), pecado original de la humanidad (nuestras emisiones), las siete plagas que caen sobre nosotros por falta de arrepentimiento (fenómenos meteorológicos extremos), y un dios enfadado al que hay que aplacar con sacrificios (el clima). No es de extrañar que tenga tanto éxito. Religión 2.0. Si la primera funcionó vamos con la segunda parte.Los científicos de otras disciplinas estamos alucinando con los del clima, con una respuesta predeterminada por la ONU en 1988 y publicando cualquier gilipollez con tal de que alimente la alarma.Será así o no, pero lo que dice la termodinámica es que en un planeta más caliente se activa el ciclo del agua y aumentan las precipitaciones, pero la atmósfera más húmeda gasta más energía por lo que se apacigua al disponer de menos energía para fenómenos extremos.Laliberté, F., Zika, J., Mudryk, L., Kushner, P.J., Kjellsson, J. and Döös, K., 2015. Constrained work output of the moist atmospheric heat engine in a warming climate. Science, 347(6221), pp.540-543. La radiación solar entrante y saliente se combina con el intercambio de calor en la superficie de la Tierra para generar patrones meteorológicos que redistribuyen el calor y la humedad por todo el planeta, creando una máquina de calor atmosférico. En este artículo investigamos el trabajo que realiza este motor utilizando diagramas termodinámicos calculados a partir de observaciones reanalizadas y de la simulación de un modelo climático con forzamiento antrópico. Demostramos que la producción de trabajo es siempre inferior a la de un ciclo de Carnot equivalente y que está limitada por la potencia necesaria para mantener el ciclo hidrológico. En la simulación climática, el ciclo hidrológico aumenta más rápidamente que el ciclo de Carnot equivalente. Llegamos a la conclusión de que la intensificación del ciclo hidrológico en climas más cálidos podría limitar la capacidad de la máquina de calor para generar trabajo.O sea, la ciencia apoya lo contrario de lo que nos cuentan. Un mundo con menos fenómenos extremos y más lluvia.