Creo que este comentario recogido en otro blog viene que ni pintado en respuesta a tu pregunta.
¡DIOS MIO, DAME PACIENCIA, PERO DÁMELA YA!
La impaciencia no es otra cosa que una resistencia a aprender y,
todo aprendizaje requiere de un proceso, tiempo, esfuerzo personal y mucha
práctica.
Recuerdo una historia que leí, que contaba que:
Un hombre iba caminando por el campo, aburrido, sin nada qué hacer. De
pronto, encontró un capullo de mariposa y decidió llevárselo a casa para
entretenerse viendo cómo nacía.. Tras veinte minutos observando la crisálida,
empezó a observar cómo la mariposa luchaba para poder salir a través de un
minúsculo orificio.
El hombre estaba realmente ansioso. Nunca había visto nacer una
mariposa. Sin embargo, pasaron las horas y allí no ocurría nada. El cuerpo del
insecto era muy grande, y el agujero, demasiado pequeño. Impaciente, el hombre
decidió echarle una mano. Cogió las tijeras y, tras hacer un corte en la
crisálida, la mariposa logró salir sin necesidad de hacer ningún esfuerzo más.
Satisfecho de sí mismo, el hombre quedó mirando a la mariposa. Tenía el
cuerpo hinchado y las alas pequeñas, frágiles y arrugadas. El hombre se quedó a
su lado, esperando que en cualquier momento el cuerpo de la mariposa se
contrajera y deshinchara, que sus alas crecieran y se desplegaran. Estaba
nervioso por verla volar.
Sin embargo, debido a su ignorancia, disfrazada de bondad, aquel hombre
impidió que la limitación de la abertura del capullo cumpliera con su función
natural: estimular la lucha y el esfuerzo de la mariposa, de manera que los
fluidos de su cuerpo nutrieran sus alas para fortalecerlas lo suficiente antes
de salir al mundo y comenzar a volar. Su impaciencia provocó que aquella
mariposa muriera antes de convertirse en lo que estaba destinada a ser.
En algunas ocasiones, podemos encontrarnos con ayudas externas, que
dependiendo del uso que hagamos de ellas, nos pueden perjudicar. Somos nosotros
mismos quien debemos hacer el esfuerzo por llevarlas a la práctica, siguiendo
cada paso. No hay atajos buenos sin trabajo.
El trader con éxito es paciente. Es observador, controla su emoción
y compostura. Pero, a la vez, está listo para actuar en cuanto se presenta la
oportunidad.
Es importante permanecer inactivo hasta que aparezcan las señales
que previamente tenemos marcadas. No nos exasperemos si no llega la señal,
porque la señal llegará.
Puede ocurrir que en horas, incluso días, no hayamos tenido un buen
indicador para entrar en el mercado, pero esto no nos debe llevar a hacer
operaciones para “no aburrirme” o para “ganar algo”. Es fundamental tener
paciencia y control hasta que llegue el momento adecuado.
Resulta primordial no caer en el engaño del ¡AHORA! Por lo general,
los traders quieren ganar ¡ahora! Los resultados deben mostrarse ¡ahora!, en la
operación que tenemos delante de nosotros. Concedemos demasiada importancia al
presente en los gráficos del mercado, nos permitimos imaginar entradas
marginales como muy buenas, y entradas buenas como excelentes, con tal de
satisfacer nuestra necesidad de operar ¡ahora!
Y ¿qué podemos hacer mientras esperamos? Analiza lo que ha sucedido
hasta el momento, repasa tus reglas, interpreta lo que están tratando de
comunicar los gráficos, anota tus observaciones, anota tus operaciones, comenta
con alguien, etc. Trata de hacer cosas que te mantengan concentrado en el
mercado, pero no hipnotizado por el mismo. No veas las velas formarse como si
estuvieras viendo la hierba crecer. Esto puede tener un efecto perjudicial en
tus operaciones.
Otro error en el que podemos caer es esforzarnos demasiado por ser
pacientes. La paciencia debe ser algo suave, natural. No debemos hacer un gran
esfuerzo emocional, no es una prueba de fuerza de voluntad. Algunos traders al
intentar ser pacientes van acumulando una carga emocional con cada barra que
pasa en el gráfico, y como una olla van acumulando la presión hasta que se
sienten explotar. Sienten que toda su PACIENCIA no ha sido recompensada. Tenemos
que buscar el sentirnos igual en la última barra del día, que en la primera.
Debemos sentirnos neutrales. La paciencia debe tener calma y tranquilidad.
No podemos asignar a la paciencia un papel secundario, es una de las
protagonistas de nuestra estrategia. Como dice un proverbio chino:”El tiempo
abre todas las puertas a aquel que sabe esperar”.
Carmen Sanz