Hola a todos,
Si hay una frase con la que podría resumir esta semana es esta:
- La violencia no es el camino, pero una hostia a tiempo te pone a caminar.
Y es que los mercados son sólo un reflejo de cómo nos comportamos las personas.
Uno cree que superar la primera semana es garantía de ir superando las restantes, pero si vas con esa filosofía, la colleja que te llevas es propia de la que te da un sargento chusquero con el canto de la mano. Si, una colleja desnucaconejos.
Antes de nada quiero dar un aviso a navegantes… el futuro pinta muy chungo, los mercados cada día son más exigentes, y aquí ya no valen las palmaditas en la espalda. Ferrán me hizo comprender esto con una enorme dosis de paciencia (más propia de un padre de familia numerosa) y con un nivel de exigencia apropiado a estos nuevos tiempos. Creo que los futuros alumnos van a sufrir un aumento considerable en la exigencia requerida gracias al servidor que los escribe. Asumo desde yá, que durante las semanas que dure vuestra formación, mi árbol genealógico será recordado y recitado con cariño por todos vosotros.
La semana fue como un paseo en el DragónKhan del port aventura, de esas semanitas que empiezas con confianza, tomando apuntes a contrareloj, con diligente atención, y con una confianza que crecía a medida que el profe desgranaba secretos y formas correctas de agarrar teta para ordeñar con las máximas garantías. Las técnicas estaban claras… (estás seguro?), y afrontar las prácticas en real eran algo que no iba a suponer mayor problema (Ay amigo que vas a cantar como en el coro de Nabuco). Y oye, que la confianza está bien y todo eso, pero si esa confianza no te hace poner tu máxima atención? Espera, espera que lo bueno viene ahora.
El martes por la tarde, ya empezaron los primeros síntomas de empanamiento severo o lo que en argot médico se llama síndrome del bocadillo de pan con pan. Las gráficas que había que preparar y estudiar muy bien ya no estaban tan claras, y a este caballero escribano le entró una subida de gluten en sangre que le hacían confundir candles con la carta de ajuste. Ferrán vio esas señales, y decidió esperar. Había por medio una noche de estudio y práctica que podría dar las claves apropiadas para salvar ese obstáculo.
El miércoles es un agujero negro en forma de gráficos ultra rápidos y yo con cara de haber desayunado una tortilla de valiums. Ferrán, viendo que eso era un despropósito dio un golpe en la mesa y llamó a reunión urgente. El partido se iba de las manos, y si no había medidas urgentes aquello podría terminar con un desastre de proporciones bíblicas, o dicho en lenguaje castizo, me iba a comer una mierda como el sombrero de un picaor. La conversación fue tensa, y a punto estuvo de mandarme a toriles de una patada en el culo. El exige concentración y tensión máxima, y sabe que si eso no se cumple me manda al matadero. Es así, no hay termino medio. O al mercado le dedicas atención absoluta o estás acabado. Estuvimos hablando mucho y analizando las causas de la tontuna que se había apoderado de mi. Una vez comprendido el momento en el que nos encontrábamos, y atando en corto las circunstancias que llevaron a ese momento, Ferrán hizo una apuesta de todo o nada… la semana volvía a empezar en miércoles. Tenía 2 días y medio para ponerme a tono. Tu mismo. Salvar los muebles requería un esfuerzo que no iba a tener comparación en todo mi historial.
Ferrán volvió sobre sus pasos y volvió a empezar; con paciencia, con confianza, dejándose gran cantidad de energía conmigo. A mí me llevaba en volandas, y mi compromiso y mi atención estaban en la línea que el proceso requería. Fueron días muy duros y de gran tensión… y llegó el viernes...
El día del examen empezó viendo amanecer desde la ventana, con 2 horas de sueño para que el cuerpo asimilara, y una ducha fría para contraer capilares, afeitado y raya de colegial a un lado. Flashes de escenas de sólo ante el peligro venían a mi cabeza, pero las energías de Ferrán gastadas conmigo iban a jugar a favor… La corrección duró hasta las 10 de la noche, Ferrán exhausto aguantó hasta el final. Le había dejado sin energías, pero tenía la cara satisfecha… Muuuuuuuuuuuy justo pero apto... tan justo, sobre todo en energías, que me he pasado un fin de semana durmiendo para recuperarme. Mi trabajo desde hoy lunes ya está mirando a la próxima cita con Ferrán.
El mar en calma hace malos marinos.