Juanmunnoz
22/10/11 22:55
Ha comentado en el artículo ¿El futuro financiero de las Comunidades de Propietarios?
ir al comentario
Me gusta el tema, lo conozco y creo que aunque haya evolucionado bastante en los últimos años con reformas legislativas, más o menos positivas, estamos ante una regulación que deja demasiado margen a los propietarios de la comunidad en el mantenimiento del edificio.
Los presupuestos de las comunidades de propietarios deberían estar fiscalizados de alguna manera, imponiendo a sus propietarios la aprobación de determinadas partidas que garanticen el buen mantenimiento y conservación de los edificios.
Esto sin duda tendría dos grandes ventajas, por un lado sería una fuente importante de generación de empleo y por otra garantizaría el buen mantenimiento funcional y estético del inmueble con las ventajas que ellos conlleva no sólo para los vecinos, también para la calle, barrio, ciudad o municipio al que pertenece.
Pero como conseguir esto. No es difícil. Por ejemplo se debería obligar a que cada edificio cuente con un técnico especial que año a año emitiera un informe de la situación del mismo, especificando las partidas que habría que incluir en el presupuesto y sus cuantías para el correcto mantenimiento del edificio. Todo sabemos los gastos que a veces se hacen en las comunidades, muchos bastante superfluos y la mayoría de las ocasiones a costa de los realmente importantes. La valoración de las necesidades del edificio, al menos las referidas a su conservación y funcionalidad, no deben ser determinadas por los vecinos sin ningún tipo de asesoramiento, con votaciones cuyos resultados saben más de afinidad al que la propone que de necesidad del inmueble. Debe existir un responsable externo del edificio, a modo de lo que los auditores son para las empresas, que asuma la función de señalar los cuidados necesarios y su periodicidad. Una profesional, conocedor de la normativas existentes, que actúe conjuntamente con el administrador, asumiendo responsabilidades. Esta persona emitiría año a año un informe de las partidas que necesariamente habría que abordar el siguiente ejercicio y su presupuesto aproximado para incluirlo en el que debe aprobar la comunidad de propietarios.
Las comunidades seguirían siendo soberanas pero deben cumplir con el informe recibido de su auditor externo, estando obligadas a las obras y mantenimiento en el incluidas.
Parece mucho poder por parte del auditor. Esto se soluciona fácilmente creando un comite regulador que pudiera resolver de forma rápida las controversias existente entre la comunidad y su auditor. El nombramiento de auditor de la comunidad tendría una duración máxima de 2-5 años siendo obligatorio su cambio al llegar el plazo para evitar que el tiempo consolide demasiado poder en la misma persona.
Solo es un esbozo que habría que desarrollar y ampliar medidas en aras de la mejor conservación estética y funcional de los edificios.