El ahorro es absolutamente fundamental, una familia sin ahorros no puede planificar su futuro porque vive sumida en constante incertidumbre; una empresa sin ahorros no puede desarrollar proyectos e inversiones que generen riqueza, no solo para la propia empresa y sus empleados, si no para todo el conjunto de la sociedad (la riqueza la crean las empresas, no los políticos vende truchas ); y del mismo modo, un Estado sin ahorro es un estado no solamente quebrado, es un Estado fallido.
No tener suficientes ahorros significa ni más ni menos que estar "con el culo al aire" frente a nuestros queridísimos acreedores.
Si España tuviese el mismo nivel de ahorro, tanto privado como público, que en el momento pre crisis, nadie se atrevería a decirnos como tenemos que gestionar nuestras finanzas públicas, porque no tendrían ningún tipo de poder sobre nuestra economía.
El problema es que en vez de ahorrar con políticas de austeridad real, se ha cargado todo el peso del déficit público sobre el contribuyente, que además de tener que pagar su deuda privada si la tuviere, ajustándose el bolsillo en gasto superfluo (menos impuestos indirectos), ha tenido, tiene y tendrá que pagar el indecente gasto público que ni siquiera ha repercutido, repercute o repercutirá en el propio bienestar del ciudadano-contribuyente.
Cuando en un barco se descubre un boquete por el que se está colando el agua, inmediatamente se aligera la carga para retrasar su hundimiento...
Gastarse la pasta de todos los españoles sin medida, ya sea en obra pública innecesaria (cuando sea innecesaria), en televisiones públicas al servicio de la mezquindad electoralista de algunos o en una indecente y aparatosa burocracia pública al servicio de sus propios intereses, éso es absoluta y lamentablemente insolidario...
Un saludo de lo más cordial.