Iridio
27/02/10 21:26
Ha comentado en el artículo Regalo del libro de Análisis Técnico Profesional con un IPF al 3%
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En puridad, una crítica es una plasmación de la capacidad de discernir, mediante la reacción que pueda suscitar un tema y la opinión personal que uno pueda tener al respecto, habitualmente motivada por el análisis del mismo.
Luego la crítica, Sr. Llinares, no debe ser considerada como una búsqueda exhaustiva de las erratas, los fallos y las fallas [que alguna también hay en sus comentarios; pero no de las fallas pirotécnico-festivas, sino más bien de aquellas no tan disímiles a las de las Marianas] sino como un ejercicio de DISCERNIMIENTO PERSONAL.
Las críticas no han de ser necesariamente negativas, luego no lo debería asimilar a una "corrección de errores". Puede parece un tema baladí, pero no lo es, en absoluto.
Lenguaje y pensamiento son las dos caras indisociables de la misma moneda, por la que quien no domina el lenguaje dificilmente podrá desarrollar las estructuras lógicas que potencien su capacidad de discernir y tener una capacidad de pensar plena.
En referencia a mi asunción de la "desagradable labor de criticar los posibles fallos" según sus propias palabras, debo decirle que cavila sobre sus errores siendo víctima de todas las palmas que ha recibido.
En primer lugar, ¿qué le hace pensar que para mí es desagradable? Para mí puede ser aborrecible ir al monte a cazar conejos y despellejarlos...pero puede ser un impagable placer ir a la jungla de internet y tener en el punto de mira a todo especulador de los mercados financieros que se jacte de dar lecciones a Warren Buffet que a la sazón fue por algunos citado como la segunda persona más rica del mundo. Y que conste que no se lo digo desde la ingratitud, la envidia o la animadversión personal, muy al contrario, desde la más sincera admiración.
En segundo lugar, sé reconocer mis limitaciones y no estoy a la altura para enmendarle la plana en las tácticas y las estrategias para operar en los parqués electronicos, luego serán otros a quienes tengamos que emplazar para que desarrollen esa árdua tarea.
En mi valoración, Don Francisco, considero que es inapropiado diseñar estrategias para transformar pesetas en euros en un plazo breve -lo que es algo muy meritorio aún cuando no se consiguiera- y posteriormente proponer un depósito a tres años en BdV al 3% T.A.E.con una penalización de hasta el 2%, por el mero hecho de que en la promoción se ofrezca su libro como moneda de cambio. Pues mi crítica sopesa el hecho de que con otros productos financieros ha sido encarnizadamente agresivo, mientras que con éste muestra una laxitud muy acusada.
Por supuesto que todos somos mayorcitos para decidir que nos intereresa -y del error se suele aprender más que del éxito-, que rija el libre albedrío, faltaría más...pero quizá que no se muestre crítico puede que algún lector lo interprete como que es partidario de este tipo de inversiones.
No trabajo para la banca, puesto que mi caracter libérrimo de la vida me impide ser asalariado de nadie; pero aunque hubiera trabajado para ING, nunca dilapidaría mi tiempo haciendo publicidad viral para esta entidad crediticia en mi tiempo libre, mientras que los jefazos se llevan el dinero a espuertas con sus bonus y sus planes de pensiones.
Luego en la estrategia de promoción del libro no le puedo ayuda más que haciendo la misma gestión que puede hacer usted: contactando con entidades y ofrecerles un precio de adquisición del libro para que calculen qué productos deberían contratar los clientes para la obtención del obsequio.
En principio, con la competencia que hay entre brokers, supongo que es cuestión de cifras, pero todos accederían a desarrollar una campaña que incluyera su libro: ya que además la publicidad es enorme con un coste por impacto publicitario que es bajísimo.
Ahora bien, redefinir su estrategia de publicidad, comercialización y ventas sería sumamente fácil ya que las cosas pueden hacerse ostensiblemente mejor a como las hace actualmente.
Entonces le deberíamos preguntar sobre qué debería predominar en la ecuación para hallar la fórmula más adecuada: la máxima "colocación" de libros, los beneficios de la obra del autor, la proyección literaria y/o como figura mediática del autor, la difusión de la obra, los beneficios del editor, los beneficios del librero, etc...