Coincido con tu intución de que si el crédito se dedica a cosas “productivas” no es un problema pero si se dedica a cosas improductivas si lo es En cambio no coincido en tu analisis de como afectan los créditos a la liquidez. Para mí, todos los créditos incrementan la liquidez. Tampoco estoy de acuerdo en que el VAN positivo garantice que se ha creado valor real (que haga de contrapartida a la liquidez creada).
La interacción entre el valor real que hay en una sociedad y la contrapartida financiera es un tema muy sugerente aunque muy oscuro, con el que se han roto los cuernos los economistas durante cientos de años. Mi enfoque es como sigue.
La manera más fácil de analizar la relación entre bienes reales físicos y activos financieros es pensar en las dos cifras contables.
-La primera sería el conjunto de todas las cosas reales (todas las materias primas, todos los inmuebles, todas las horas trabajables por toda la población activa, etc...) valoradas cada una a su precio.
-La segunda es el conjunto de todo el efectivo, los depósitos, los créditos, las deudas, los derivados, obligaciones, etc...
Intuitivamente vemos que debe haber una relación entre una cifra y la otra. Es aceptable que la segunda sea mayor porque una parte de esos activos financieros no pueden ser usados de forma inmediata para comprar pero está claro que la segunda cifra ha de tener una proporción con la primera y que cualquier proporción no es aceptable.
La experiencia histórica indica que la segunda cifra siempre tiende a crecer y que hace falta un esfuerzo consciente del regulador para limitarla. Los cerebritos de Goldman Sachs creando derivados sintéticos por ejemplo incrementaban esta cifra, pero un tendero que da crédito a sus cliente también lo hace (a una escala infinitamente menor). El banco central dando liquidez también y de hecho en una sociedad moderna es tremenda la cantidad de maneras que hay de hacerlo y la cantidad de actores que están interesados en que se haga
Tal como tu decías intuitivamente, si la producción de bienes reales va siguiendo más o menos la pista al aumento automático de bienes no pasa nada. Si no lo hace (bien por demasiado, crédito bien por poca producción real) la segunda cifra va creciendo y llega un momento que su tamaño es desaforado y todos los actores económicos piensan que es irreal (porque si todos los poseedores de bienes financieros quisieran cambiar sus activos por cosas reales, sería imposible).
Para terminar la metáfora, en tiempos de auge económico la percepción del tamaño diferencial máximo entre las dos es mucho más laxa, en parte porque se confía que la primera también crecerá al aumentar la producción de bienes reales y en parte porque esa es la naturaleza humana, tener “modos” de percepción que valoran diferente según el estado de ánimo.
Cuando empieza la crisis, a todo el mundo de pronto le parece que la cifra que representa la suma de todos activos financieros es demasiado alta. Muchos venden acentuando la sensación.
Hay tres formas de hacer que recuperen una proporción socialmente aceptable:
-La primera es la más utilizada en el pasado es la inflación que hace crecer la primera cifra y esteriliza el exceso de crédito. El problema es que arruina a los ahorradores y beneficia a los deudores porque lo que la clase media la odia (para mi con razón)
-La segunda forma tradicional para que equiparen las dos cifras es que se destruyan grandes cantidades de bienes financieros mediante quiebras, caidas del precio de acciones, quitas, etc...
-La tercera es la más complicada y consiste en refinanciar la deuda a largo plazo con lo cual los activos financieros no desaparecen pero dejan de estar en presencia. Ese tiempo que se gana se ha de usar para fabricar, crear, etc.. cosas reales que hagan de contrapartida cuando lleguen los vencimientos y esos importes se liberen otra vez. Para que la congelación surta efecto, los tenedores han de conservar los activos porque si van circulando otra vez en el mercado secundario estaremos igual.
Este analisis contable tiene el mérito que elude el tema del “valor intrínseco”, el que se crea en las fábricas (valor de uso como se ha llamado a veces) que es un concepto resbaladizo y evanescente. Por ejemplo la V de VAN no representa ese “valor real” sino el valor contable del activo en si. La prueba es que el VAN puede ser hallado incluso en operaciones en que no se produce nada.
Por ello la idea de dinero con “valor intrínseco” es una ilusión. El dinero es un activo financiero y como tal una abstracción que solo existe en nuestras mentes.