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cachonbrena

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cachonbrena 08/04/16 05:13
Ha comentado en el artículo De la obligación de comulgar por Pascua Florida
Interesante el concepto de señal que glosas. De la de comulgar se desprende la ventaja competitiva del descreído. El descreer te va elevando hacia la esfera de las élites. Pasado el tiempo todas las élites estarían formadas por descreídos con doble moral. Imponiendo la antigua a la masa de “creyentes dominados”. El ateísmo comunista sería la popularización del “nuevo paradigma” (Dios no existe) asumido de forma oculta por las élites en tiempos anteriores. Y, como sueles decir, si non e vero e ben trovato. Pero yo espero que uses ese martillo del que haces gala para ensañarte con el “encarecimiento” de la ocultación del patrimonio que ha supuesto la aparición de los papeles de Panamá. No es tanto el coste económico de la multa fiscal sino el coste en prestigio social, lo que la ha encarecido. La vulnerabilidad del sistema puesta de manifiesto me sugiere aquel cuento árabe sobre un malvado que, para poder serlo, había encerrado su corazón en un cofre escondido en la más profunda gruta de una montaña inaccesible. Vivir sin corazón le hacía invulnerable. Ni que decir tiene que el héroe del cuento, cuando descubre el secreto de su poder, sube a lomos de un águila a la cima de aquella montaña, penetra en la gruta, abre el cofre y atraviesa el corazón con una afilada daga. ¿No es algo así lo que ha ocurrido? Lo que es brutal es que en la gruta desvelada en Panamá se guardaran cofres con corazones (nombres y apellidos) desde tiempo inmemorial. ¿Qué nos diría tu martillo al respecto?
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cachonbrena 04/04/14 21:01
Ha comentado en el artículo Economía Dickensiana
Perdona, Dresso, si te utilizo para hablar de cosas que me importan. No respondas si no quieres, y por favor, lee mejor. Es que no te acercaste ni por asomo a entender lo que decía Fernando (ese lúcido que me gustaría tener de profesor) hablo de las “leyes de la economía” (esa ciencia). Deberían estar llenas las Universidades de gente que pensase… ¿Cuál sería el modo en el que a TODOS nos fuera mejor? Hay un error (asumido) en las teorías económicas del libre mercado. Y es que el libre mercado tiende al monopolio. Para ello los Estados deben implementar leyes que lo garanticen. Voy a inventarme un cuento; el cuento de Flánagan, el sagaz e intrépido agente de la ley que consiguió encontrar la guarida en la que los oligopolistas se reunían a pactar los precios. Llenó aquella sala de mármoles, de micrófonos y cámaras ocultas. (Los mármoles ya estaban, por si no se me entiende) Y cuando irrumpió con su brigada al grito de: “quedan ustedes detenidos en nombre de la ley” a aquellos prebostes ni siquiera se les cayó el puro de la boca. Uno de ellos se levantó con parsimonia y acercándose al Agente de la Ley le pasó el brazo por el hombro y se lo llevó aparte mientras con una mirada inquiría: ¿Flánagan? Empezó entonces este pausado discurso: “Sí, nos tienes en tus manos Flánagan, nos has pillado infringiendo la ley. Eres intrépido y sagaz, mira que panda de tiburones has pillado. Sabemos competir como alimañas, por eso estamos aquí. ¿Ves a aquel? - Y señalaría a uno – si tuviera que competir como me obliga la ley me aliaría con él y a ese otro nos lo zamparíamos en unos meses. Y entonces solo habría una empresa en el mercado y en vez de venir tú, Flánagan, vendría Humbertito diciendo que deberíamos partir la empresa en dos para salvar la competencia del mercado. Estamos aquí porque nos estamos ahorrando todos esos pasos, pactamos los precios y tenemos la deferencia de hacerlo en nuestras privadas salas para que se mantenga la ilusión de la competencia del libre mercado. Si nos llevas detenidos vendrán los agentes guardianes del orden establecido, te destituirán, y con tus “pruebas”, tus grabaciones, harán una tortilla y se la comerán con eructos y vino de batalla. Esto es tan así, que no te voy a ofrecer una descabellada suma de dinero para que tengas la boca cerrada, pero si quieres puedes ir y decirle a tu Jefe que “sigues” buscando la guarida donde los oligopolistas se reúnen para pactar los precios.” Ahora, Flánagan, en sus horas de trabajo, visita los parques porque ha descubierto la ornitología, con su batería de micrófonos y cámaras ocultas graba los cantos de los pájaros y ha encontrado una diversidad inaudita. En la mesa de su despacho tiene un papel que ya casi es eterno que pone: He salido a buscar la guarida de los oligopolistas. En sus horas sentado en los bancos de los parques reflexiona así: El mundo se sostiene en una mentira que encierra una verdad que encierra una mentira. Los mercados “viejos” están tan batallados que están ya oligopolizados. ¿He dicho yo que eso era malo? Señalo que eso es así. Naturalmente que se abren nuevos nichos de mercado para nuevos emprendedores. No encuentro diferencia (en tanto que ya no hay competencia) en el incremento de la productividad que se pueda dar en un oligopolio privado o un sector de la economía gestionado por el estado. Es decir, sí la hay y enorme a favor de la gestión estatal. La supuesta “virtud” de la competencia en el monopolio se desvirtúa y no hay modo de escapar a eso. Son garrapatas que chupan la sangre de la sociedad que una vez fueron competitivos ¿Debemos creernos que tenemos la “obligación moral” de seguir alimentando sus enormes panzas ahora que ya no lo son? ¿Tanto se les debe? ¿Deben sacrificarse millones de vidas, de malas vidas, para que los tíos gilitos tengan que comprarse otro silo donde guardar su dinero? El problema que expongo es un viejo problema enquistado en la sociedad. Lo que estaba planteando Fernando es su agravamiento, se cumplieron los peores augurios que ese problema preconizaba. Ganan los malos, los tíos gilitos no atesoran su dinero en los silos, quieren que tenga rentabilidad su tesoro acumulado y se lanzan sobre lo públicamente gestionado para oligopolizarlo, no siendo ese el desastre más grave que provocan. ¿Es eso inevitable? Depende de cómo pensemos. Piensa en grande, piensa para todos.
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cachonbrena 03/04/14 22:01
Ha comentado en el artículo Economía Dickensiana
Pero Dresso qué antiguou suenas, me recuerdas a los pingüinos de David Anisi. ¿Es que no sabes que los emprendedores cuando llegan los golfos ampanadores se convierten en emperdedores? Te contaré una historia que conozco. Los comienzos de la electricidad en España. Al principio, cuando llegó aquel maravilloso invento miles de emprendedores (¿digo bien? ¿Cuántos pueblos hay en este país?) Alquilando el salto de agua de algún molino cercano y comprando una dinamo en Checoeslovaquia electrificaban los pueblos y las ciudades. Al poco tiempo, cuando se vio que aquel maravilloso invento era muy rentable los saltos de agua se construían lejos para conseguir una cantidad mayor de energía. Pero… la cantidad de capital necesaria para esos nuevos montajes multiplicaba por diez o por cincuenta la capitalización de aquellas primeras pequeñas empresas. Así que en un abrir y un cerrar de ojos de aquellos miles quedaron algunos cientos de empresas; pero esas empresas no eran ahora propiedad de aquellos emperdedores, eran empresas de los golfos ampanadores (Los poseedores de capital) ¿Cuántas empresas eléctricas hay ahora? ¿Y cómo se lo están montando? Dresso, piensa un poco, porleamordedios….. Lo c*j*nudo es que eso ya lo tenéis en los libros de la facultad, ya está metido en las fórmulas que manejáis. Solo hay que saber verlo. Hay que hablar de la remuneración de la fuerza de trabajo, pues todos aquellos emperdedores, con suerte, son currantes de las empresas de los golfos ampanadores. ¿Qué es que no has leído en los libros que el libre mercado tiende al monopolio? ¿Es que no lo sabes ver con tus propios ojos? ¿Quieres que sea tu hijo o con suerte tu nieto el que diga que hay que hablar de la remuneración de la fuerza del trabajo? ¿No hemos aprendido la lección? ¿Sueñas, iluso, con convertirte en golfo ampanador? Que me da la risa Dresso… que me da la risa. “Eso del socialismo y tal… son tus judías y las de tus hijos”.
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cachonbrena 18/10/13 16:59
Ha comentado en el artículo ¿Una Macroeconomía casi orwelliana?
Releo tu post (el tuyo) un poco preocupado por ver “cuanto me he salido del tema” y encuentro una palabra que te puede hacer ver que mi desvarío no es tan enorme (grande sí) dices que Einstein estableció la velocidad de la luz como una velocidad límite en el universo. No, Fernando, eso nunca ha ocurrido. Einstein postuló la velocidad de la luz como una velocidad límite en el universo. Es muy distinto como puedes comprender. A raíz de ese postulado y este otro: no hay un sistema de referencia absoluto en el universo la Teoría de la Relatividad “cuadra” con los hechos y resulta predictiva hasta determinados niveles. Pero una Teoría que a razón de la excelencia de sus predicciones sea considerada verdadera no otorga criterio de verdad a sus postulados (véase Euclides). Una sola medida de una velocidad mayor a la de la luz de algo, derrumbaría la Teoría de la Relatividad. Y no paran de intentarlo los aspirantes a novel. Ahora bien, yo creo que no lo conseguirán porque “barrunto” que Einstein acertaba cuando lo postuló. Lo cual no quiere decir que no considere la Idea de espacio-tiempo tal como la desarrollaron Einstein y Minkowsky como una total insensatez. El conocer de los humanos es un proceso incesante que como Saturno devora a sus hijos.
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cachonbrena 18/10/13 14:29
Ha comentado en el artículo ¿Una Macroeconomía casi orwelliana?
Más que Orwelliana, Borgiana. Borges se encontraría en su salsa con este post. Lo evanescente de “lo real”, su inaprensibidad; ese pasado que se cambia, no fruto de una decisión política o ideológica (nuestro saber sobre nuestro pasado) sino por la contundente “potencia” de un presente que, para poder ser, cambia el pasado que lo fundó. Ese realismo mágico borgiano no es una milonga, es un mostrar problemas epistemológicos de primer orden. Que un presente cambie su propio pasado “es imposible”, algo nos lo dice poniéndonos verdes las tripas. Sin embargo el problema está en que lo que es imposible es “conocer” nuestro pasado verdadero. Siempre, a cada instante, el pasado es una conjetura sobre lo que sucedió; y siempre cambia esa conjetura. Crece el pasado (nuestro saber sobre el pasado) a la par que el conocer de los humanos. Lo que propone Orwell es que conociendo lo que ya ocurre, unos gobernantes manipuladores lo utilizan para mantenerse en el poder. Pero eso a su vez… siempre ha ocurrido. ¿Nos saca la ciencia de ese dilema? Seamos benevolentes y digamos que al menos lo palía. Obliga a los neo-sacerdotes a someterse al criterio de las arduas matemáticas, a la predictividad de lo afirmado, a obligarse a afirmar algo que pueda ser falsado y sobre todo… a la sensatez (Criterio epistemológico donde los haya) Sueles recurrir bastante a Einstein y sin embargo Einstein está sobrepasado. Está puesto en cuestión no por aquellos Newtonianos celosos de un saber que Einstein relegaba al pasado. Ya nunca se podrá volver a Newton. Ni por los cuánticos “gentes de las partículas” que lo recogen con cierto desdén, pero lo recogen. Es la propia evolución de lo que dijo lo que le pone en cuestión, a Einstein lo que le falla es la sensatez.
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cachonbrena 19/10/12 12:45
Ha comentado en el artículo La traición de la meritocracia
A los que esperamos que aparezca tu post y nos alegre el día de vez en cuando, nos ha valido la pena esperar. Ante lo excelente lo mejor es callar, enmudecer, pues ¿qué mayor excelencia hay que la de “saberse siendo”? Y… cuando alguna vez en la vida nos percatamos de esa evidencia inenarrable ¿Acaso no lo hacemos enmudeciendo fascinados? Debería callar pues, y disfrutarlo y dejarlo correr. Pero no me da la gana, no me es posible, necesito hacerte la pelota y llevarte la contraria. No puedes imaginarte la particular perspectiva en que me ha colocado la vida. Eran dos hermanas, una morena y otra pelirroja que tenían dos “novietes” que estudiaban economía. El novio de la morena era del noroeste y se creía muy “rojo”, el otro era del este y no se muy bien cuanto de rojo se creía. Ambos eligieron sus destinos, el de la morena se colocó en la fila en la que “mordor” elige a los chicos listos, el otro no. Cuando “mordor” captó al rojo del noroeste, diciendo: “ven aquí chico listo que haré de ti un experto financiero” se fue a vivir al este. Y allí, ocupando altos cargos directivos contribuyó a crear el enorme agujeraco que todos sabemos que en el este se creó. Cosa que sabemos pues es noticia que acaba de prejubilarse con un sueldarraco de escándalo que triplica el suelto de Mas que en si mismo es un escándalo, pues duplica el del Presidente del Gobierno. ¿Quién era el mejor? El de la pelirroja, Fernando, el de la pelirroja era mil, cuatrocientas mil veces mejor. Porque los mejores no se ponen en esa fila en la que “mordor” elige y capta. Y no diré que es por ética, sino por algo más profundo que la propia ética, es una grima ancestral lo que les lleva. Esa fila no es una opción para ellos, ni se les ocurre. ¿Qué virtud hay en aplicar una ecuación (que ni siquiera tú has creado, con el añadido de que es “mordor” quien te dice que es “esa” la que tienes que aplicar), una vez que los contables han hecho su trabajo? ¿Qué mérito tiene ser un gestor si no respondes de los desastres que provocas? Es de suponer que el rojerío se le pasaría en cuanto le dijeran: ven. Pero ¿Y la vergüenza? ¿Con que jeta, con que cara dura, con que morro, con que desvergüenza aceptas que el sistema te asigne semejante sueldo en virtud de “los servicios prestados a la sociedad” si lo que has hecho es contribuir a su descomunal empobrecimiento? No podía ser un “mejor” que ha “empeorado”; ya no lo era cuando empezó a subir en el escalafón. Y es que además la vida me ha colocado en una perspectiva desde la que puedo discernir. Los conocí a los dos. ¡Dónde vas a comparar! Era mucho mejor la “contundente solidez” del novio de la pelirroja que la “frágil y evanescente rapidez” del novio de la morena. Así que la historia de la meritocracia está por escribir. Los mejores son los que sostienen el mundo, los que lo hacen avanzar, los que lo mejoran (y que bien dicho queda) y a ellos no se les retribuye especialmente. Los meritócratas no son necesariamente los mejores (quizá una condición necesaria para instalarse en la meritocracia sea precisamente no estar entre los mejores) si no los que hacen más méritos, los que mejor se adaptan a las exigencias de los meritócratas instalados para que te consideren uno de ellos. Creo que fue Stiglitz el que, en uno de sus libros, nos recordaba esa evidencia de que sin las sociedades sin ánimo de lucro, por ejemplo la Universidades, ni Occidente ni el Mundo serían lo que son. Si los meritócratas y algunos agentes del mercado poseedores de grandes rentas las “justifican” por el “servicio prestado a la sociedad”; como decían en un artículo… ¿Por qué no son archimillonarios los descendientes de Newton y en cambio los de Rothschild sí? Pensad que nada se mueve sin las ecuaciones diferenciales hoy en día. Ser el mejor, es un criterio que para objetivarse debe concretarse, ser el mejor… ¿En qué? Pero visto en abstracto, en una generalización (Imposible desde criterios lógicos) ha de ser algo necesariamente subjetivo. Aunque una sociedad que no quiera caminar hacia su suicidio debe ser capaz de reconocer a sus mejores. Alguien que acepta que después de haber cometido un desastre descomunal se le pague un sueldo inmenso, máxime cuando para poder pagarlo hay que quitarles la comida y los lapiceros a los niños en la escuela, el hambre a las madres de esos niños, reducir los profesores y maestros y los sueldos de los que quedan, reducir los hospitales y las medicinas… es lo peor de lo peor. Pero no hemos perdido ese instinto, el de reconocer a los “mejores”. Lo sé porque con la distancia del tiempo puedo ver que entonces, instintivamente ya los valoraba correctamente. Cuando los conocí, alternativamente, creo que ellos no llegaron a conocerse, nada prefiguraba en qué habían de acabar. Aunque una vez visto lo ocurrido, si me pongo psicoanalíticamente melodramático puedo pensar que quizá fue “su fragilidad y su capacidad innata de seducción” lo que posibilitó el meteórico ascenso hacia lo peor del novio de la morena. Y si tengo que decir, también desde esa perspectiva psicoanalíticamente melodramática, porqué en mi fuero interno valoraba más, me parecía mejor, el novio de la pelirroja, diría: “por la robustez de su pensar y su capacidad innata de generar criterio”. Ahora está por ahí, con vosotros, en las Universidades. Y tengo que decirlo, más que decirlo gritarlo, porque no soy un loco suicida y quiero que mis hijos y mis nietos tengan un futuro. Sois vosotros los mejores, es de ley reconocéroslo ya que la sociedad no os lo retribuye. Ahora que toda la “Enseñanza” está en lucha por no morir estrangulados por los recortes que se hacen para, entre otras cosas, pagar los sueldazos de los impresentables, hay que decir que los mejores sois vosotros y que os necesitamos.
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cachonbrena 21/08/12 10:29
Ha comentado en el artículo Salidas de tono
¡Dios mio! Tengo que dejar de leer a economistas, se demasiado, tenemos las mismas pesadillas. Menudo repaso Fernando, has tocado todos mis pavores. Hasta la equiparación de Alemania y Cataluña, ¡aaggg! ¡Maldita droga! Que vicio este el de intentar entender. Dándole al vicio recordé ese cuentecito de tanta actualidad: cabritos, pingüinos, ratas y serpientes. (http://web.usal.es/~anisi/Fin%20de%20Semana/pcrs.htm) ¡Cuánto rata y cuanto pingüino! Lo malo no son los ratas, deberíamos darlos por descontados, la catástrofe es ese océano de pingüinos que nos lleva al desastre de la forma más boba mientras los ratas se frotan las manos con su sonrisa maligna. Como soy muy aplicado (je, je) llegué “casi solito” a esa evidencia de que al que de ningún modo le interesa la inflación es al que es rico en dinero. Leyendo que decíais los economistas serpiente… blanco y en botella, en mi mente se hizo la luz y espetó: “¡La leche!”. Y digo que fue el descubrimiento de algo obvio porque estamos inundados de esa propaganda que parece veraz con esa frase de márquetin que dice que “la inflación es el impuesto de los pobres”. ¿Y si… un día que no sepas que hacer te lías la manta a la cabeza y desarrollas esto?
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cachonbrena 06/06/12 10:00
Ha comentado en el artículo El movimiento del 15M y el "sistema"
Se sabe de la calidad de un análisis cuando perdura en el tiempo. Aun así, antes de que el tiempo pase, se puede barruntar la calidad por su simplicidad y su “belleza” (no explicaré esto). Hace ya mucho tiempo que me “gustó” el resumen final que David Anisi hacía en Trabajar sin red. En la dialéctica Estado-Mercado compara al mercado con un dragón que se alimenta de beneficio, un dragón necesario pues es su fuego el que “calienta los hogares”, y sus grandes “ñordas” las que fertilizan los campos (Me permito hacer una transcripción libre). Ese dragón debe ser controlado, domesticado, por un paladín: el Estado, que vigile que ese fuego no abrase los hogares. Pero en este juego dialéctico está enredada otra dicotomía: la libertad (creadora) y la autoridad (constreñidora, paralizante). El componente de libertad que el estado debe restar necesariamente del mercado debe ser suplido por una “efectiva democratización” del estado. La libertad los neo-liberales la dejan enteramente al homo económicus. David nos propone que está repartida entre el homo económicus y el sociábilis. Que el homo económicus es un apéndice del sociábilis es un hecho que se demuestra cuando al traspasar determinados límites los relatos económicos se hacen obsoletos y toman el relevo los relatos de la Sociología (Revolución Rusa, y un largo etc. no tan dramático). Con el esquema de Anisi podríamos resumir la crisis actual diciendo que los paladines del estado, haciendo dejación de su deber, han soltado al dragón y campa por sus anchas abrasando hogares y en lugar de cagar ñordas que fertilicen los campos, caga huevos de oro en los jardines de las casas de ese maldito 1% de la población. Me sorprendió el 15M porque era la “prueba” de lo correcto del análisis de David, tanto, que más que analista parece profeta (sin exagerar). Que frente a una crisis económica se genere un enorme movimiento ciudadano reclamando más democracia confirma sus Tesis.
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cachonbrena 05/05/12 11:43
Ha comentado en el artículo Dos simplezas en torno a la crisis
Yo no entiendo mucho, aunque creo que en estos tiempos todo el mundo sabe tanto de economía como de futbol, una jartá. ¿No decían los neo-liberales que se había muerto Keynes de exceso de demanda? ¿Qué el mucho poder del mundo del trabajo y sus ayudas gubernamentales habían acabado por constreñir la oferta? ¿Qué al ser los trabajadores ricos y poderosos provocaban estancamiento e inflación, pues los pobres empresarios no tenían más remedio que subir los precios tanto como los trabajadores exigían aumento de salario y que nadie invertía porque los costes laborales eran inasumibles? La solución neo-liberal fue reducir progresivamente los costes laborales y aumentar los beneficios empresariales y la cosa rulaba ¿Cómo pudo ser? ¿Quién compraba? ¿Han pensado los economistas, tan listos, que los que compraban al principio eran los trabajadores, que todavía eran ricos, que se gastaban sus ahorros? Porque pasado un tiempo la cosa, inexplicablemente dejó de rular (Yo digo que fue porque los trabajadores ya eran pobres) pero los neo-liberales tenían recursos y bajaron el tipo de interés para que los trabajadores pudieran seguir comprando. Ahora, a ver si os sé explicar la bomba atómica. El beneficio empresarial (BE) va al Ahorro y por tanto a la Inversión… hasta que hay demanda; cuando ya no queda demanda (hablamos siempre en términos relativos, que crece más que que) ese BE, que sigue existiendo, sigue yendo al Ahorro y por tanto a la Inversión pero no a nueva inversión ¡A la inversión que ya hay! Por eso la bolsa subía tanto, era un bien escaso, tener un poquito de “Telefónica” que tenía un contacto directo con los bolsillos de los trabajadores, era un chollo. Y los que tenían esas acciones se las hacían pagar caro a los que querían entrar. Y siempre había gente que quería entrar, pues ¿Dónde iba a ir el beneficio empresarial sino allí, dado que nueva inversión no podía haber pues nadie tenía un duro para comprar nada? Y con la bolsa dando beneficios del 17% un año tras otro, la desregulación financiera, los interéses a cero, las familias endeudándose sin tener un duro, sobre una economía real famélica, se incrementó la oferta monetaria a nivel mundial de una manera estratosférica y sin embargo la inflación no se movió. ¿No teníais una fórmula: PIB*inflación = Oferta monetaria * velocidad de circulación del dinero? ¿Os cuadra eso? Gran cantidad de esa oferta monetaria ahora es deuda sobre nada. ¿Murió Keynes? Pues no lo sé, lo que si sé es que si los neo-liberales no se dan cuenta de que los que están muertos son ellos es que están locos o están en guerra. (Pero eso ya no es Académico) La solución no pasa por los neo-liberales, no saben lo que están haciendo, NO ENTIENDEN LA ECONOMIA, sus éxitos son aparentes y sus desastres devastadores.
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cachonbrena 05/03/12 16:25
Ha comentado en el artículo La privatización del Canal de Isabel II y la "tiranía de las pequeñas decisiones"
Vale. Creo que lo veo. Pero se me ocurre algo peor. Sin recurrir a los truculentos tejemanejes de los opacos gestores del mal. El mal está en la cosa misma. Si el canal saliera a pública subasta al precio “justo” adecuado a su rentabilidad, un trust formado por empresas de plantas embotelladoras estaría en ventaja a la hora de hacer la mejor oferta. Porque en sus propios cálculos sobre la rentabilidad de la “cosa” podrían añadir el incremento del beneficio en las empresas del trust.
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cachonbrena 04/03/12 20:14
Ha comentado en el artículo La privatización del Canal de Isabel II y la "tiranía de las pequeñas decisiones"
Claro clarito como el Agua de Madrid. Sin embargo no se si tiene sentido el peligro de que las pequeñas decisiones desencadenen el ajuste acumulativo que dices. No hay competencia, el Canal es un monopolio absoluto, no existe la posibilidad de una conexión alternativa. La cantidad de agua que se bebe en una casa es muy pequeña en relación a la que se gasta… lavadoras, sanitarios, duchas, ¿Jardín? Etc. Los que compren el Canal pueden, si son del tipo de gestores que enseñan a ser en las Escuelas de Economía, subir los precios y reducir los costes de mantenimiento sin ningún problema pues sus clientes son “cautivos”. No compiten con nadie, solo compiten con la “supervivencia” del cliente. Y seguro que tenéis curvas para determinar a que precio del agua un tipo cualquiera deja de ducharse una vez cada dos días y se ducha una vez a la semana. Que se compre más agua embotellada no me parece relevante. Ahora bien, si los gestores que lo compren son además de esa especie que abunda, no en los sótanos oscuros si no en los diáfanos áticos; comprarán a la vez la mayoría de las embotelladoras de agua y harán que casualmente los filtros del Canal se vayan cegando; mire vd. que mala suerte.
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cachonbrena 07/09/11 19:49
Ha comentado en el artículo La tiranía de los "erizos"
Si censuraras este comentario lo entendería. Sin embargo, contén tu mano y no aprietes ese botón que apelo a tu inteligencia y a la de los posibles lectores y a vuestro sentido del humor y a la caricatura como forma de expresión. En un futuro, cuando la humanidad haya cometido todos los desastres que se pueden cometer y el mundo económico tal como lo conocemos haya colapsado, en la prologada Edad Oscura que vendrá, las Escuelas de Economía serán neo-monasterios. Los economistas serán neo-monjes que no harán voto de castidad pues se sabrá que aquello fue una solemne estupidez. Pero harán voto de libertad de pensamiento y las Escuelas para asegurarse la fidelidad a ese voto someterán a los neo-monjes a interminables ejercicios que consistirán en relatar la misma idea de mil maneras distintas y seleccionando cualquiera de aquellos relatos, con las mismas palabras, expresar mil ideas diferentes. Y harán voto de pobreza, pero como se sabe que la simple declaración de intenciones no es ninguna garantía, se someterá a los neo-economistas a un gravísimo condicionamiento del peor conductismo y de la peor “Naranja Mecánica”. Amarrados a la silla se les hará contemplar imágenes y escuchar relatos de los muchísimos y gravísimos desastres y hambrunas que sus predecesores, los antiguos economistas, provocaron. Y se les inoculará entonces en las venas un vitriolo que les provocará una inenarrable angustia. Una angustia y una náusea insoportables, mucho peor que morir. Posteriormente, en otras sesiones de condicionamiento complementarias, se les hará ver imágenes y escuchar relatos de gente que vive feliz y en los que hasta el perro tiene su plato de garbanzos en la mesa. Y cuando en aquellas imágenes o relatos, quede claro y explícito que hasta el último tiene lo que necesita y es feliz, se les vaporizará con sutiles y extasiantes vapores aromatizados que les provocarán una dicha extrema. Estallidos de gozo, siempre nuevos y siempre inimaginables. Quedará así abierto un camino de Búsqueda en libertad condicional (o condicionada) Con una neo-ética en la que el Bien quedará definido por el último eslabón de la cadena. No rezarán los neo-monjes; sin embargo, irán provistos en todo momento de un estetoscopio para auscultar su propio corazón. Será norma de obligado cumplimiento auscultarlo todos los días antes del desayuno. La finalidad de la norma será inculcarles hasta en el tueeeeettano, hasta lo más profundo de los entresijos de sus sesos, que la vida y cualquier sistema, late y que no hay sístole sin diástole. Que no puede ser, que no puede existir nada que tenga solo sístole o solo diástole. Será obligado, y se les facilitará, que antes de terminar el primer curso hayan dado una completa vuelta al mundo. Para que tengan la fehaciente experiencia, en sus propias carnes, de que al ir tirando to p´adelante se llega al punto de partida. Así comprenderán mejor el Asunto que han de tener entre sus manos. Tendrán además de las asignaturas pertinentes una que se llamará: “Sistemas Dinámicos Complejos Finitos y Cerrados” y se darán en ella nociones más que introductorias de Meteorología, Ecología (La Ciencia, no la ideología), Termodinámica, Astrofísica y alguna otra. En todas se hará hincapié y se analizará exhaustivamente la importancia crucial que para los sistemas que son objeto de su estudio tienen los procesos de retroalimentación negativa. Tendrán talleres de Alquimia en los que contemplarán con sus ojos cómo en el interior de la hermética redoma el ACEITE se disocia en sus dos principios el MERCURIO y la SAL y cómo, posteriormente, los dos principios se unen de nuevo formando el ACEITE. Solve et coagula, una y otra vez; con los ojos abiertos y la mente fascinada. Y tendrán prácticas de meditación, no para iluminarse y alcanzar el Nirvana saliendo de la rueda de las reencarnaciones, pues se sabrá que con morir solo una vez el Nirvana ya se alcanza, sin conservar la conciencia; pues no hay choco y tajá, no en esto. Las prácticas de meditación tendrán como finalidad entrenar la mente de los neo-monjes en visualizar mandalas, imágenes mentales circulares cargadas de elementos relacionados entre sí. Al principio deberán esforzarse en visualizar mandalas estáticos; una vez lo consigan, ayudados por las contemplaciones de sus talleres de Alquimia, se esforzarán en visualizar una dinámica en ellos, en ver cómo se transforman e influyen los elementos según la relación que se haya establecido. Cuando sean hábiles en esas prácticas se les instará a que sustituyan esos elementos de juguete por los elementos y ecuaciones de la Ciencia que es objeto de su estudio: La Economía. Se posibilitará con estas prácticas enseñanzas surtir a la humanidad de generaciones de neo-economistas con un nivel predictivo aproximándose al de los Meteorólogos. Despegando, por fin, del infecto y rastrero nivel predictivo de los Sismólogos, a los que podrán mirar ¡ya de una vez! por encima del hombro. Dada su nueva, aunque limitada, capacidad predictiva y su condicionamiento, cuando los neo-monjes en la libertad de su pensar tengan una “ocurrencia” que en el devenir natural de su aplicación práctica haya de dejar desprotegidos a los últimos, entrarán en un temor a lo desconocido y huirán de aquello como el sensato que elude el espanto. Será el equilibrio el objetivo de su Búsqueda y su obsesión. Del mismo modo que los Físicos saben que cuando en sus ecuaciones se cuela un infinito han fallado. Los neo-economistas sabrán que su sistema falla cuando alguno de sus elementos entra en retroalimentación positiva. Por eso, para ayudarse en esa búsqueda, para que su cuerpo aporte su pequeño grano de arena en los difíciles cálculos, tanto el campus como los bares de los neo-monasterios estarán llenos de neo-monjes haciendo equilibrios de mil maneras distintas. Habrá cuerdas flojas y rígidas por variados rincones y las barandillas de las escaleras serán pasos habituales. En los bares se verán cucharillas y vasos de café en equilibrios hasta entonces impensables; y a neo-economistas que mientras mantienen una conversación banal o concienzuda, distraídamente, intentan mantener en equilibrio una naranja, un plátano y una pera, como el inefable Míster Natural del inefable Krumpp de aquellos inefables setenta.
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cachonbrena 20/08/11 21:10
Ha comentado en el artículo La tiranía de los "erizos"
O no entiendo nada o hay un error cuando dices que son los “erizos” los que más aciertan. Pues bien, y quizás para algunos esto sea una sorpresa, los “erizos” son mucho mejores predictores que los “zorros”.
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