Hola Federico.
En este caso no sólo cambia el objeto, si no también su naturaleza. El dinero es un invento del ser humano, puede manejarlo a su antojo. El tiempo, cada uno tiene el suyo, y si no se usa, desaparece y no vuelve.
Dice Francisco que esta "moneda" no debería estar sometida a devaluación o inflacción. Cualquier moneda sometida a un sistema bursátil crecerá o se devaluará en función del movimiento del mercado. Mi tiempo es mi vida, lo más importante que tengo. Si mi tiempo se devalúa, mi vida podría llegar a no valer nada, eso sólo me llevaría al sucidido.
La forma que tendrían las empresas para lograr cosas sería la misma que los egipcios para levantar las pirámides: mucha gente arrimando el hombro. Socios, no empleados: trabajo, riesgos, beneficios y pérdidas a partes iguales, y no trabajar mucho unos para forrarse otros.
Lo ideal en un sistema de tiempo justo sería el intercambio equivalente: dar algo y recibir a cambio algo del mismo valor. Eso en la bolsa no se da: para que uno gane, otro debe perder. En mi opinión, en el sistema que propone Francisco, el capitalismo no tendría cabida.
Es realmente complicado adjudicar un valor justo al tiempo de una persona, ya que no todos los trabajos tienen la misma importancia: si yo soy ebanista y me lleva 300 horas hacer un buen mueble, ¿el dentista que me arregla la dentadura en 20 horas debería cobrar menos que yo? Personalmente, si me dan a escoger entre una mesa y mis dientes, prefiero mis dientes. Por otro lado, también valdría más el tiempo de una persona que me atienda en un hospital o un geriátrico que el tiempo de la persona que ha frabricado mi ferrari (que no tengo).
Debe recompensarse la creatividad y la habilidad, no sólo el tiempo.
En mi opinión, dejar nuestro tiempo en la bolsa, sería dar más control a los amos del mundo sobre nosotros ¿acaso no es nuestra vida (tiempo) lo que quieren, o en su defecto, nuestra muerte?
Creo que me he liado un poco, Federico. Si quieres que sigamos profundizando, házme preguntas más concretas.
Un saludo.