Hay funcionarios nombrados a dedo (o con tribunales amiguetes, este tuyo este mío) en la enseñanza media, en la universidad (muchos, o casi todos)o en la administración de justicia (auxiliares y oficiales con interinidades eternas hasta aprobar la oposición). Hablo de lo que me consta y me da igual si se me cree o no. Que haya sindicatos de por medio no es ninguna garantía (en algunos casos todo lo contrario, si no eres del sindicato no las apruebas. Véanse, por ejemplo, conductores de tansportes urbanos de alguna importante ciudad española en cuya empresa municipal se consagra el sacrosanto derecho hereditario del retoñín o retoñina al puesto, o los varios colectivos de estibadores portuarios, enfermeros de algún hospital de alguna comunidad autónoma, etc.).Naturalmente no son todos. Y hay mucha gente de mérito. Pero de lo que hablo también. Y no es rara avis. Y lo pagamos (y lo que es peor lo debemos)todos.
La consecuencia de un sistema de oposiciones (absolutamente variable según el puesto, tests, desarrollos escritos, defensas orales, ejercicios orales, prácticas reales) es que sólo aprueban los más capaces...de aprobarlas. De ahí a los "más capaces" hay un mundo. Una prueba es que actualmente la mayoría son conseguidas por mujeres que se sacrifican porque saben que es la única manera de llegar a conciliar algún día vida laboral y familiar. Estadísticamente es imposible que sean las más capaces (será al 50% ¿no?).Otra prueba es que, los príncipes del esfuerzo sin recompensa inmediata, tendrían (aparte de a la política a la que por poder pedir excedencias sin consecuencia pueden acudir hasta el punto de que son mayoría en todos los parlamentos "nacionales" de esta nación)la opción de buscarse otro sitio en las épocas de bonanza y, en la de vacas flacas en virtud de su reserva de puesto de trabajo, volver al refugio. Con la fácil que es dejar de ser conserje, ordenanza, celador o auxiliar (de esos que ninguno puede pagar la hipoteca) e irse a pegar tochos o encofrar lo raro es que no hayan aprovechado.
Respecto a lo de depender de la buena voluntad de un funcionario dos cosas: primero, ya es suerte poderte permitir buena o nula voluntad, en otros trabajos no es optativo. Si no es buena te vas a hacer puñetas, te despiden (es vocablo español, está en la D de los diccionarios, aunque sea posible para los opositandos/funcionarios in pectore, en razón a su pluscapacidad, sabérselos de memoria y no tener que buscar); segundo, en todos los trabajos se hace más de lo que le toca sin que baje una lengua de fuego sobre la cabeza del áctor a certificar el asunto.
Por lo demás, no me alegro de tu desgracia (¿cuál es?). Coincido contigo en que no hay que recortar a los currelas sino al final del camino y cuando ya no haya más alternativa a empezar a despedir gente. Yo soy currela. También en que hay mucha envidia. Yo envidiar, pero envidiar de verdad, sólo envidio al novio de Gisele Bundchen (ahora que no me oye mi esposa). Pero, coño, dicen que hasta Dios trabajo seis días para descansar uno....así que no puede ser trabajar uno (por muy duro que sea incluso para un superhombre como el protofuncionario) y descansar el resto de la vida ¿no?.
Saludos.