¿Cuando las inversiones en renta fija son una pésima opción?
En el mundo de las inversiones podemos encontrar dos tipos de inversiones prominentes: las de renta variable y las de renta fija. Cualquiera de las dos puede ser una buena alternativa, cuando se ha tomado como resultado de una decisión sabia y estructurada.
Cuando hablo de una decisión estructurada me refiero a que, es el resultado de un plan profesional de inversión bien diseñado y no influenciada por el miedo, la codicia ni el desconocimiento.
Si tomamos la decisión de invertir en un instrumento de renta fija, como un certificado de depósito a término emitido por un banco, entre otros, por miedo o desconocimiento, es una pésima opción ya que, en el mercado financiero existen muchas opciones que pueden rentabilizar mucho más nuestro capital y ajustándose a nuestro nivel de riesgo permitido, mejorando así dramáticamente nuestro nivel de vida. Además, este tipo de títulos de renta fija -como los certificados de depósito a término (CDT´s)- muchas veces ofrecen intereses que son superados por el costo del dinero (inflación) lo que hace que, aunque en términos nominales se estén “percibiendo” unos intereses, al ser superados por la inflación, en términos reales el inversor está “destruyendo dinero”.
Cuando tomamos la decisión de invertir en renta fija, como parte de un portafolio bien estructurado, o con la intención de vender el bono o instrumento a un mejor precio, antes de la fecha de vencimiento, sólo así puede llegar a ser una excelente inversión.
Es necesario también, evitar llegar al otro extremo, es decir, tomar una decisión de inversión de renta variable, llevados por la codicia y sin un plan bien definido o bajo el asesoramiento de un profesional. Las inversiones en renta variable son un excelente alternativa pero sólo si se cuenta con la información y la experiencia necesarias, bajo un profesional y estricto plan de inversión, bien definido y habiendo considerado las expectativas de cada inversionista individual.
Hay que tener en cuenta que las inversiones de renta fija se ajustan más a aquellos inversionistas ultra-conservadores, que no necesitarán retirar su dinero en varios años y que se conforman con una rentabilidad muy baja, a cambio de que sea fija (muchas veces esta rentabilidad no alcanza a superar el costo del dinero o inflación).