Re: Me voy a Lisboa
Para manos estropeadas, algo extraordinario es poner una cucharadita de azúcar blanquilla en la palma de la mano haciendo cuenco, añadir un chorrito de zumo de limón, nada una cucharadita y media y la misma cantidad de aceite de oliva.
Frotarse las manos como si nos las estuviéramos lavando con jabón bajo el grifo, molesta un poquito, por el peeling que produce el azúcar, pero merece la pena el "sufrimiento".
Finalmente aclarar con agua tibia.
Por la noche utilizamos el truco de tu página, es decir, aplicamos las gotas de aceite que comentas y duermes con guantes de algodón. Ideales los de Swarovski porque tienen un botoncito que cierra los guantes a nivel de la muñeca y no se mueven por la noche, ni se salen si quien se mueve eres tú.
A la mañana siguiente, si tienes que dar la mano a alguien, es casi seguro que si no comenta la suavidad de tus manos por discreción, lo pensará por lo menos. Queda la piel escandalosamente suave.
Un saludo cordial
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.