¿Ves? ¡Ya hemos encontrado un punto en común! ;-)
Bueno, al gallo ponedor de huevos ilicitano, especie única dónde las haya, jajaja, ese que vaya al listado que quiera, que no hay otro tan machito como él, a ver quién tiene lo que hay que tener para poner huevos de gallina. ¡Cómo deben de estar las tortillas hechas con estos huevos!
De niña tuve varios pájaros. A uno en concreto le recuerdo con gran cariño. Se llamaba Naranjito. Era un amor. Cantaba al abrir las persianas y cada vez que volvías a casa. Era como si nos saludara al vernos. Era un canario naraaaaaanja como su nombre indicaba. ¡Precioso!
También tuvimos una tortuga, Doña Marcelina, vivió con nosotros mucho tiempo y también se hacía notar por la casa. Mi recuerdo no es tan agradable porque era un poquito cochinona y echaba gases malolientes por toda la casa.
También galápagos y peces, pero estos corrieron peor suerte que los anteriores. Se ve que los puramente acuáticos no se me dan bien. Entregaban pronto su alma a Dios y mira que hacía todo lo que me decía el vet, pero ni por esas. Mis padres decidieron no volver a tener nadadores en casa. ;-)
Y perros, siempre perros. No recuerdo algún día sin jugar con un perro. Hemos tenido varios y han corrido distintas suertes, pero todos, absolutamente todos han sido maravillosos y los volvería a tener a todos, incluso a Riguito, aunque se fue tan joven.
Lo que no he tenido nunca es gatos. Mi madre de soltera sí, y mi padre creo que también, pero quizá por mis alergias, no tuvimos ningun felino en casa.
Ahora con mis dos peques estoy encantada. De hecho, ahora mismo me voy a dar un paseíto con ambos.
Un saludo cordial y ¡feliz día!
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.