RESTAURANTE ATRIO. CÁCERES
Tal como ya comenté el sábado pasado almorcé en el Restaurante Atrio de Cáceres. Nos decidimos a ir porel boca a boca que tiene este restaurante en Extremadura, por las críticas que hemos visto por aquí y también por la recomendación del amigo Bonafidei, que para ser sinceros, no da puntada sin hilo. Aprovechamos para continuar a Plasencia y echar la noche del sábado al domingo en el Parador, que es de los mejores que he visto, un Convento del siglo XV impresionante. Tal es el caso que el Ayuntamiento organiza visitas guiadas al Parador, es decir al convento.
En relación al Atrio, llegamos puntualmente a las 14.30, se entra por una puerta latera del hotel, discreta y sobria. Cabe destacar (pese a algunas críticas que no acabo de entender) que el hotel recientemente construido se integra perfectamente con el resto de construcciones típicas del centro de Cáceres, de forma que se te hace difícil saber que ahí se encuentra un restaurante de lujo y un hotel de 5 estrellas.
Como cuestiones a comentar.
A) La recepción de los clientes perfecta. Amabilidad, rapidez, y te ofrecen guardarropa, con el detalle de que se llevan los abrigos sin darte la típica ficha que algunos sitios lo hacen, y que puede quedar un poco feo. En todo momento controlan quién está en cada mesa. Inmediatamente te acompañan a tu mesa y te ofertan una copa de champán, cerveza, o algo en plan aperitivo.
B) La distribución de las mesas, mantelería, limpieza y estética es sobresaliente, da la sensación de que todo está perfecto. Las mesas muy espaciadas (quiero recordar que conté 12 mesas), sobrios manteles blancos, cuberterías muy correctas, copas, todo en general excelente. Si algo se puede destacar es la sencillez y el orden. Evidentemente no se ve nada fuera de lugar, todo está exactamente donde tiene que estar. El vino, la jarra con el agua (el agua Solán de Cabras es vaciada en una elegante jarra metálica) y la botella se retira de la circulación. En definitiva orden en todos los sentidos y todo medido a la perfección.
C) Entrega de las cartas. Llama la atención la sencillez de la carta, tres opciones; menú degustación con poco apetito, menú con apetito medio y menú más completo. Nosotros nos fuimos directamente al más completo, que son 10 platos. Respecto a la Carta de vinos (de la bodega visitable luego hablamos), es sencillamente una locura, Aquí Bonafidei que también la ha tenido entre manos y sabe de vinos un buen rato puede contarnos algo, es literalmente un libro con vinos de medio mundo y precios que oscilan desde los 30-4O euros hasta los 150.000 euros (jojo) de la famosa botella Château dŽYquem 1.806, que luego hablaremos de la anécdota de esta botella. No pedimos botella ya que mi mujer no bebe y simplemente dejé que me recomendaran algo de la tierra, curiosamente me propusieron un vino que ya conocía llamado Huno que compré hace unos meses precisamente por recomendación, y también un blanco que no recuerdo el nombre ahora mismo. En realidad fueron 1 cerveza de inicio y 2 copas de vino con el almuerzo. Antes de entregar la carta se acerca la directora de sala (quiero interpretar que era ella la directora de sala) para darnos la bienvenida y preguntar por algún tipo de alergia, fobia alimenticia y ese tipo de cosas. Si alguien quiere ver la carta, aunque sea por curiosidad está aquí publicada: http://restauranteatrio.com/wp-content/uploads/2011/09/Carta_vinos.pdf
D) Servicio en las mesas. Antes de pasar al menú es de justicia felicitar a los camareros en general, impresionantes ya que están pero no están. En ningún momento agobian, esta pendientes pero sin tú darte cuenta, se acercan cuando tienen que hacerlo y se "pierden" cuando tienen que hacerlo. No se respira en ningún momento estrés entre ellos, no hay corridas entre mesas, realmente son profesionales con mayúsculas. Destaca la utilización de guante blanco en la mano derecha cuando manipulan tus cubiertos, y todos ellos vestidos impecablemente de traje de chaqueta. Además de ellos, en la sala se encuentra el Sommelier y copropietario José Polo además de otro Sommelier que se formó en el hotel ritz de Londres y que da gusto verlo descorchar las botellas y ver el manejo que tiene.
E) El menú, como ya he comentado está organizado en 10 platos, tengo que decir que fotos solamente tengo de uno de los postres (mi mujer me escondió la cámara, decía que no procedía jojojo), pero he bajado algunas más de internet que son exactamente igual, las iré posteando según venga. Como comentario general decir que todo estaba exquisito, los sabores perfectamente logrados.
- Milhojas de paté y boquerones. Excelente, la presentación hacía que te diera pena comerlo, es un cuadrado perfecto donde se diferencia varias texturas, coronado por el plateado de dos boquerones, realmente original.
-Espuma de boletus con crujiente de maíz. Muy curioso, la foto no es mía pero es exactamente así como lo disponen. La sensación al verlo es que te han puesto una taza de café capuchino, se toma con cuchara de abajo hacia arriba, y el chef logra sacar el sabor auténtico de las setas, que se encuentran en el fondo de la taza, con una textura perfecta. Muy logrado y una presentación que llama la atención.
-Carpaccio de gambas marinadas con crema agria y ensalada de brotes tiernos, plato muy ingenioso, que como todos daba pena romperlo con los cubiertos, un sabor muy original y completamente sorprendente.
--Merluza en salsa tibia (no recuerdo el nombre exactamente), básicamente era un trozo de merluza vaporizada con una salsa verde, buena pero quizá lo menos sorprendente del menú. La presentación siempre excelente.
-Vieira en salsa con boletus. Buena pero quizá se podría haber prescindido de los boletus, algo repetido posiblemente ya, original el fileteado del champiñón crudo muy muy fino, y la viera como no, en su punto justo.
-Cigala con careta de ibérico y jugo cremoso. Aquí hay que destacar la cocción de la cigala, en su punto exacto, respecto a la calidad os podéis imaginar, no se sabía si era una cigala o mantequilla de lo jugosa y blanda que estaba. La careta de ibérico (crujiente) muy original, acertado sin duda.
-Pluma ibérica con fuá. Sencillamente exquisito, el fuá de primerísima calidad y la pluma ibérica en su punto, perfecto! Una delicatesen en toda regla. Que importante es la materia prima y no secar la carne!! Y que difícil a veces.
Postre I: Binomio de la Torta del Casar. Una combinación sorprendente en la que aparece jugo de torta del casar con helado de torta del casar y membrillo, excelente.
Postre II: Tocino de cielo con helado de yogurt y tierra de cacao. El tocino de cielo perfecto, nada empalagoso y de textura adecuada, la presentación del plato genial, esta foto si es mía:
Finalmente con el café te disponen en la mesa lo que ellos le llaman entretenimientos de sobremesa, unas madalenas pequeñas caseras, trufas de chocolate negro (perfectas), una especie de gominolas de frambuesa y unas pequeñas galletas de limón que parecían dos botones de chaqueta pegados entre si. Aprovechamos en esta fase para charlas un rato con José Polo, copropietario del atrio y el responsable de la bodega, entre otras cosas comentamos si había algún vino decente de pitarra (Bonafidei, me acordé de ti, que ya hace tiempo algo comentamos), efectivamente no hay ninguna bodega decente que haga este tipo de vino, pensaba que alguna había, pero me explicó la historia de dónde viene ese tipo de vino (tradicionalmente hecho en cortijos y cada uno de su padre y de su madre) y me confirmó que es un vino de muy mala calidad sin excepción, de hecho ellos no tienen ni la muestra en la carta, lo tiene prohibido (palabras textuales). Lo felicitamos por el nuevo sitio y tal, todos muy amables. Toño estaba en la cocina, lo vimos al final que estaba liado, no procedía darle el tostón.
E) Bodega. Acabada la sobremesa y después de pagar (luego hablamos de la cuenta), pedimos visitar la bodega a lo que sin ningún problema te la enseñan, realmente están orgullosos y es para estarlo. Creo que es un error llamarla bodega, yo lo veo como un museo del vino. Botellas de 1900 de oporto, Vegas sicilias, vinos franceses de mil marcas, algunos de ellas con etiquetas de 100 años de antigüedad pintadas a mano algo impresionante, la limpieza, diseño, luz, todo…, increíble. Al parecer nos comentaron que ha sido durante 6 años Premiados con el gran Award que al parecer indica la mejor bodega del mundo. Nuevamente Bona igual sabe más de esto. La colección de Chateau increíble os pongo una foto…
Fundamental la anécdota de la rotura de la botella que pudimos ver de Château dŽYquem 1.806, rotura de la botella incluida, no os perdáis la anéctoda y lo curioso del asunto:
http://www.directoalpaladar.com/enologia/que-hacer-si-se-rompe-una-botella-de-vino-de-110000-euros
F) Factura.
Os pico la factura y luego hago un par de comentarios.
2 servicios de mesa: 12 euros.
2 Menú degustación: 238 euros.
1 Agua mineral: 5,50.
1 Bar (cerveza): 6 euros.
2 copas de vino: 16 euros.
1 Café con leche: 5 euros.
Iva, 20.93. Total: 282,50 euros.
Los dos comentarios rápidos, primero: el precio del menú es razonable, estamos hablando de 10 platos con un trabajo cada uno muy serio, lo cual digamos que está dentro de lo esperable. Segundo: cobrar 5 euros por un café mondo y lirondo me parece un robo, si se me apura improcedente. No entiendo cómo se pone ese precio cuando se debería de no cobrar a alguien que se está dejando 150 euros por persona en comer.
Nada más, a mi mujer la obsequiaron con una pequeña caja que contenía unas pastas al salir, salimos a las 5 de la tarde (2.5 horas de almuerzo) y fin del asunto.
Bonafidei si aprecias algún error (tú que has estado, creo que nadie más de por aquí ha ido) dímelo y lo arreglamos, saludos compis.