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¿Por qué el partido republicano se ha vuelto loco?

3 respuestas
¿Por qué el partido republicano se ha vuelto loco?
¿Por qué el partido republicano se ha vuelto loco?
#1

¿Por qué el partido republicano se ha vuelto loco?

En vista de las negociaciones del techo de la deuda (y del comportamiento de los conservadores en los últimos dos años), vale la pena dar una somera explicación sobre qué ha sucedido en el sistema político americano en los últimos años en general y el partido republicano en particular que ha llevado el país a tener este sistema política tan disfuncional.

La historia se remonta a los años setenta, durante los últimos años de la administración Johnson. El partido demócrata, tras largos debates y disputas políticas, ha aprobado la histórica legislación de derechos civiles, eliminando la segregación en el sur.

Por aquel entonces, el sistema de partidos americano tenía un aspecto bastante distinto al actual. El partido demócrata, hasta entonces tradicionalmente racista, era la fuerza dominante en el sur (recordad, Lincoln era republicano); una facción significativa del partido luchó contra el fin de la discriminación con uñas y dientes. Los republicanos eran ya entonces el partido del dinero, pero su base territorial era muy distinta: en el sur eran el segundo partido, mientras que eran competitivos en el oeste, medio-oeste y noroeste. Para poder ganar elecciones en esas regiones, el GOP era un partido mucho más diverso. Libertario / conservador fiscal en el oeste, valores tradiciones en el centro del país, moderado en Nueva York y Nueva Inglaterra. Era la era de los Rockefeller Republicans, políticos moderados, centristas y que en el sur serían considerados de izquierda en esa época, pero que estaban cerca del centro político en noreste.

La ley de derechos civiles esos años fue un logro histórico del partido demócrata, pero también abrió la extraña coalición en el seno del partido a una serie de contradicciones imposibles de resolver. El partido, en esa época, era una coalición de segregacionistas populistas en el sur (donde eran el partido hegemónico), sindicatos y movimiento obrero en el norte, y liberales en el oeste. Los demócratas ofrecían derechos sindicales sólidos en el norte y un monopolio de los buenos puestos de trabajo a los blancos en el sur; el fin de la discriminación, unido a la hostilidad al movimiento sindical en la vieja confederación, hicieron que el partido no tuviera mucho que ofrecer en la región.

Fue entonces cuando Richard Nixon, probablemente el político más influyente en Estados Unidos desde Roosevelt, vio una oportunidad. Los demócratas habían sido hasta entonces una coalición de conservadores sureños y liberales en el norte, con sólo el racismo explícito manteniendo el arreglo. Johnson había movido el partido hacia posiciones más justas y convertido a minorías y afroamericanos en los votantes más sólidos, pero había dejado abierto el sur, la región más conservadora, a un partido republicano que era de hecho su representación más natural. Ese fue el origen de la southern strategy; el GOP se concentraría en convertirse en la voz del votante blanco desencantado en el sur, atrayendo el voto evangélico de forma agresiva. El racismo nunca sería explícito, por supuesto, pero la idea era explotar viejos resentimientos en esa dirección.

La estrategia funcionó, sin duda. En los años ochenta, los republicanos empezaron a recuperar el sur, mientras aún mantenían representación significativa en el resto de regiones. Los demócratas, mientras tanto, fueron víctimas del colapso del partido en la vieja confederación y la erosión cada vez más pronunciada erosión de la base industrial del país (y con ella, los sindicatos), y empezaron a perder posiciones. Allá a principios de los noventa, el GOP era hegemónico en el sur, sólidamente conservador, y capaz de sacar mayorías legislativas confortables en el Congreso.

Esto, sin embargo, tuvo un efecto secundario complicado: lo que antes eran dos coaliciones diversas se convertieron en partidos cada vez más uniformes. Hasta los años setenta, el demócrata sureño más conservador en en Congreso estaba, de forma casi inevitable, a la derecha del republicano más progresista. Cuando un presidente quería aprobar legislación podía recurrir a legisladores de ambos partidos, algo imprescindible en un sistema con múltiples actores con derecho a veto. Los sistemas presidenciales sólo funcionan bien si el ejecutivo puede formar mayorías legislativas con múltiples actores, evitando bloqueos constantes. A principios de los noventa, los republicanos era un partido sólidamente rural, sureño, blanco y conservador, y los demócratas eran un partido urbano, liberal y basado en ambas costas. Lo que antes eran partidos caóticos, desordenados y con personalidad múltiple ahora son grupos homogéneos y disciplinados.

De los dos partidos, los republicanos acabaron siendo muchísimo más homogeneos. El GOP es el partido hegemónico en el sur, la región más conservadora del país, y políticos de la vieja confederación dominan el partido. Si a eso le añadimos que las zonas del interior del país están sobrerrepresentadas y la defensa de los valores tradicionales nunca ha funcionado mal en Dakota del Norte, tenemos un partido que ha girado progresivamente a la derecha, y lo ha hecho a base de echar a patadas a los republicanos moderados en el resto del país.

Lo que estamos viendo estos días es la culminación de este proceso de décadas: un GOP disciplinado, sólido y furibundamente conservador, sin moderados que ganen elecciones fuera de sus feudos y con unas bases que penalizan a cualquiera que se desvie de la ortodoxia a golpe de primarias. Es un partido parlamentario, en un sistema de gobierno dividido – un actor con derecho a veto que no quiere pactar con nadie.

Lo más trágico, y fustrante, sin embargo, es que esta intransigencia es racional. Los republicanos tienen una capacidad formidable de controlar la agenda, son capaces de ganar elecciones incluso después de haber destruido la economía del país, y tienen unas bases que les apoyan y les mantienen a raya. El “pequeño” problema, como hemos vistos estos días, es que este arreglo político que les hace tan poderosos también les lleva a no poder o querer pactar un acuerdo imprescindible para no destruir la economía mundial. Casi nada.

¿Tiene este equilibrio arreglo? A corto plazo, no estoy seguro. A medio plazo, creo que es cuestión de demografía: el GOP es un partido rural, blanco y con votantes mayores de cincuenta años, en un país cada vez más urbano, con más minorías y con unas cohortes jóvenes cada vez menos religiosas y más liberales. Un vistazo a las proyecciones del censo bastan para ver que el 2016 ó 2020 un estado como Texas será competitivo en las presidenciales gracias al tremendo aumento de la población latina, sin ir más lejos. Si los republicanos quieren seguir siendo competitivos de aquí diez años su estrategia electoral tiene que cambiar necesariamente.

Pero claro, esto es aquí diez años. El problema en el Congreso lo tenemos ahora.

Visto en: http://politikon.es/materiasgrises/2011/07/24/%C2%BFpor-que-el-partido-republicano-se-ha-vuelto-loco/

#2

Re: ¿Por qué el partido republicano se ha vuelto loco?

En mi opinión, el que quiera sobrevivir debe adaptarse a la realidad y no esperar, que la realidad se adapte a él.
Si como parece, hay mucha intransigencia para dejar a Obama, sin margen de maniobra, se debe calibrar también desde el punto de vista de estrategia electoral, si el descontento en lugar de contra Obama, se puede volver contra ellos.
Como en Europa, el BCE, el que decide la partida es la Fed y Bernacke ha expresado su deseo, de que se amplie el techo de deuda y se tendrá que hacer con recortes, en lo que el partido republicano está de acuerdo, pero 1+1=2 y junto con los recortes más o menos de acuerdo, el partido demócrata y republicano difieren, en el mantenimiento de las deducciones fiscales los unos o con subida de impuestos a los más ricos, para dar mayor o menor margen de maniobra al presupuesto federal.
En la opinión pública americana se está vendiendo muy bien y demagógicamente el tema de los impuestos, diciendo que afectará a la economía y a la clase media, cuando de lo que se habla es de quitar los beneficios fiscales o deducciones a los más ricos, voces autorizadas y de sentido común, como la de Warren Buffet, habla del deseo de colaborar con el erario público desde los que más tienen, porque serán, los más beneficiados.
Después de ser Bush el más gastador e intervencionista, parece que lo que venden los republicanos caerá en flagrantes contradicciones, si ganaran las presidenciales, porque el presupuesto y la deuda, es lo que es y da muy poco margen ya.
Esto de negarse al aumento del techo de deuda, pasó ya con Clinton, que supo utilizarlo a su favor en las siguientes elecciones, paralizando servicios públicos esenciales que están ahora, más que antes ya, al borde del abismo.

Un saludo

#3

Re: ¿Por qué el partido republicano se ha vuelto loco?

Es todo una pantomima, un acto teatral.... tanto unos como otros saben que si no hay subida del techo de gasto no hay más expansión monetaria que tan bien le funciona a USA... así que lo aprobarán pero antes hay que crear incertidumbres ya que los mercados mandan para los gobiernos y antes de celebrar algo hay que poner incertidumbre sobre la mesa.... en caso de no aprobarse el sistema pasaría a ser otra cosa, no la actual seguramente....

#4

Re: ¿Por qué el partido republicano se ha vuelto loco?

Coincido, a ninguno le interesa que no se apruebe un techo de gasto, por lo que probablemente se hará. Los republicanos quieren que el año que viene haya segunda edición para apretarle las clavijas aún más a Obama, y éste se resiste. Al final ambas partes cederán algo y la parte más débil cederá más, como siempre sucede en las negociaciones.

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