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Estamos en la esquina de las calles de La Avaricia y El Repudio

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Estamos en la esquina de las calles de La Avaricia y El Repudio
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Estamos en la esquina de las calles de La Avaricia y El Repudio

Os dejo un buen artículo para reflexionar sobre la situación actual porque al parecer no hemos aprendido nada del pasado.

Estamos en la esquina de las calles de La Avaricia y El Repudio. Esos podrían ser los nuevos nombres de las actuales Wall Street y Pearl Street en el Lower Manhattan de Nueva York esta tarde de primavera ventosa. Por un lado, los hombres de negocios con sus trajes impecables de Brooks Brothers y sus camisas de Pink, que apuran el paso para dejar temprano la zona de las finanzas. Por el otro, miles de maestros, estudiantes y empleados estatales con pancartas, pitos y bombos improvisados con tachos de plástico pidiendo que el pago de los impuestos sea igual para todos y que se preserven sus empleos. Una confrontación y un escenario perfectos para esta historia: éste fue el epicentro de la crisis financiera que estalló en 2008 y que nadie sabe cuándo y cómo terminará. El lugar desde donde hoy se juega la caída o la supervivencia de Grecia. Y la zona cero de lo que todos esperan sea la próxima crisis.
Dentro del Stock Exchange, el histórico edificio donde se transan las principales acciones del mundo, ahí, en las escalinatas del Federal Hall, ya se vive la nueva burbuja de las empresas tecnológicas. Las transacciones en el mercado secundario pusieron un valor exorbitante a Facebook (7.600 millones de dólares) y Twitter (7.700 millones), por encima de empresas como Boeing y Ford. Y la oferta pública inicial de Linkedin (una red social de conexiones profesionales) en 3.300 millones. Un día después, Microsoft compró Skype (la telefónica de Internet) por la formidable cifra de 8.500 millones de dólares, diez veces el volumen de sus ventas del año pasado y 400 veces su presupuesto de operaciones. Y ese mismo día, The Wall Street Journal hablaba de una estampida en el precio de las acciones de Renren y de Youku, conocidos como el Facebook y el You Tube chinos.
Pareciera que nada se aprendió de la burbuja de Internet de hace una década, la corriente especulativa que se dio entre 1997 y 2001 con las punto com. “Hoy es Internet, pero también hay una enorme especulación con los commodities, particularmente los granos, los CDO (un sofisticado producto financiero que reúne una canasta de préstamos respaldados por activos de alto riesgo) y hasta los paquetes de ayuda financiera a los países en quiebra. Se especula con todo y sin reservas. Pareciera que no se aprendió nada de la crisis de 2008, que casi nos desnuca. Pero esa es la esencia del capitalismo”, comenta Milo Norris, un trader de la Bolsa que corre agarrado de un maletín de cuero de Brioni para escabullirse de las manifestaciones.
En la calle continúan las marchas. Los maestros piden que el Bank of America pague los impuestos que le corresponden. Según el último balance, el banco –que fue uno de los rescatados por los 700.000 mil millones de dólares que puso el Estado norteamericano para salvar del colapso a sus principales instituciones financieras– pagó en promedio menos dinero en impuestos que un empleado estatal. “Nosotros salvamos a los bancos. Ahora, que nos devuelvan la plata”, grita Alex Funes, un maestro de Harlem al que le recortaron las horas extras.
Las columnas de trabajadores estatales y de maestras dan la vuelta por la calle Broad y ponen en alerta al escuadrón del SWAT que impedirá cualquier intento de acercarse a la Bolsa. Unas secretarias con trajes comprados en los saldos de Century 21, la tienda puesta de moda por las chicas de Sex and the City, corren hacia la boca del subte. En el balcón de uno de los clubes privados de la zona, tres tipos jóvenes de trajes brillosos toman champán y se divierten con la escena. La luz del sol que cae entre los edificios los baña de oro. “Están en el Titanic”, les grita Joseph Harenblith, un viejo profesor, militante de la izquierda neoyorquina, veterano de cientos de manifestaciones. “En realidad, no es el Titanic”, se rectifica. “No se hunden mientras están ebrios de champán. Siguen haciendo grandes negocios. Eso de que las crisis crean oportunidades sólo se cumple con ellos. Están esperando con alegría la próxima”.

CONTINUA
http://www.clarin.com/zona/Wall-Street-Esperando-proxima-crisis_0_488951396.html

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