A proposito del IPCA 4,1% en Mayo/06

A proposito de esta subida, hablemos del empleo, me refiero claro está, al derecho al trabajo.Lo malo es que ese derecho es también un problema de mercado, lo que ni mucho menos quiere decir que aceptemos sin reservas la poco ocurrente expresión de mercado del trabajo.El trabajo no es una materia prima, y, por tanto, su abundancia o escasez habrán de tratarse con otro talante y, desde luego, con diferente tacto.Pero tal vez fuera bueno fijar la atención en algunos países que caminan veloces hacia la civilización posindustrial, donde el derecho abstracto al trabajo comienza a dejar paso a otro derecho más en consonancia con la libertad del ser humano y con la necesidad de salir del utilitarismo como sentido único de la vida. Hablo, naturalmente, del derecho al ocio, y lo hago con la timidez que el caso requiere.....
El caso es que hacer tender a la economía hacia el pleno empleo es preocupación máxima de los gobiernos de cualquier signo.Pero controlar la inflación es, quizás, un asunto de mayor transcendencia.Porque si es prueba de la limitada capacidad del hombre permitir que haya parados en edad de trabajar, mayor injusticia es dar pie a que el alza de los precios acabe por marginar a sectores enteros de la sociedad, sin por ello evitar que caminen también hacia la desocupación muchos de los que pueden verse afectados por una disminución de la demanda global de bienes y servicios. Y por mucho que nos duela decir que una empresa privada que desaparece es factor inmediato de paro, más nos debería preocupar que una empresa pública, cuyo déficit se repone por vía presupuestaria o extrapresupuestaria, es fuente inexorable de inflación. Porque así como en el primer caso siempre existe la posibilidad de que el paro generado sea absorbido por otras empresas más eficientes o de nueva creación, en el segundo, todo se queda siempre en cataratas de retórica y en propósitos de enmienda derivados del hecho de que son escasos los políticos que se atreven a reconocer la ineficacia del Estado empresario, una vez que el espacio se llena de intereses creados. Ya sé que hay diferentes causas cuyo efecto es la subida de los precios.Pero yo me refiero únicamente a las que tienen origen interno y que conducen a los gobiernos a poner en circulación cantidades crecientes de papel moneda para salir del paso y resolver determinado tipo de situaciones en el corto plazo.Es ésta una medida radicalmente injusta, porque supone, en definitiva, cargar sobre las espaldas de un número decreciente de individuos el peso de los desajustes, al tiempo que cada vez son más los individuos que se sacrifican para que continuen viviendo aquellos que tengan la fortuna de mantener el empleo. Por otra parte, las políticas monetaristas y fiscales, tan en boga, son instrumentos en los que se confía demasiado. Lo mismo cabría decir de las legislaciones sobre precios y de las actitudes proteccionistas restrictivas del comercio exterior.Porque, salvo que se quiere condenar a un país al subdesarrollo permanente, el poder que tienen sus gobernantes para influir directamente en las reglas del mercado es a la larga ilusorio.En un país de economía de mercado, los gobernantes pueden y deben influir, naturalmente. Pero deben hacerlo administrando la justicia, estimulando las iniciativas, creando confianza, protegiendo el ahorro. Y deben, desde luego, dar ejemplo, cuando de apretarse el cinturón se trata. Lo demás vendrá por sí solo.Incluido el grado de bienestar que a cada circunstacia corresponda.Saludos desde Asturias.