Chiste sobre hipotecas...
Están un grupo de amiguetes barceloneses hablando de vivienda y de las próximas elecciones autonómicas y va el primero que vive en Les Corts y en cuyo domicilio estaban reunidos y dice;
.- Pues yo tengo hipoteca a tipo fijo, porque es lo más seguro y votaré CiU
¡ Ah ! - dice el otro que estaba a su lado y que vivía en Sant Gervasi -, pues yo la tengo a tipo variable según las directrices del banco central y votaré a Piqué.
Y entonces salta un tercero que vive en el Eixample Esquerra y dice:
.- Pues yo tengo un tipo mixto, porque quiero ir por etapas antes de correr más riesgos y votaré a Carod.
Así que en esas estaban que un cuarto, un tipo alto que no sabían quién lo había invitado a la merienda, va y dice:
.- Pues yo no tengo hipoteca porque vivo de alquiler en Sants, soy ruso soviético inmigrante aunque llevo tantos años aquí que no se me nota el acento y votaré ahora que puede hacerlo, comunista, porque creo que hay que dar una segunda oportunidad a todas las ilusiones que destrozó el estalinismo.
Y entonces va el quinto amigo que vivía en la Plaza de Sant Jaume y dice:
.- Pues yo tengo tipo "montillano", de momento disfruto de carencia de intereses y luego si ganan los míos iré a la caja a que me los condonen.
Y cuando estos cinco acabaron de explicar sus tipos y descubrir su voto, va y suelta el sexto amiguete, que vivía en una casa de la familia:
.- Pues yo me voy a coger el tipo "rubianes", compraré un pisazo con vistas al mar, me iré al banco a pedir la hipoteca a cincuenta y cuando me meta en la oficina empezaré "mecagoentó, hideputas, chorizos, mamones" y no pararé ni pararé ni pararé hasta que me perdonen todo y todo el marrón, y sólo votaré antiglobalización.
.- Olé tus huevos.- Va y le suelta entre las risotadas de todos los demás, observados por un ruso que ponía cara de póker, el anfitrión de la fiesta, un tipo más bien bajito y fondoncillo.
En esas que llega la pareja femenina del amiguete que habló primero y que estaba preparando como siempre unos bocatas en la cocina pa los coleguillas y va y les dice;
-Pues yo también voy a votar comunista, porque esta casa la pago yo con mi trabajo en la oficina del banco, así que ya os podeís ir largando de aquí todos vosotros, pandilla de rufianes - incluído tú Manolo- , que conmigo se queda el ruso.
Adiós.