LOS DIAS CONTADOS
Amigo Saavedra:
Espero que "las limitaciones" impuestas por RANKIA no infloyan en una decisión tuya de "apartarte del mundanal ruido". Tu eres pieza clave en esta legítima lucha que mantenemos para defendernos de un segundo atropello perfectamente diseñado: el que, envuelto en papel de celofán, quieren vendernos como "convenio reparador de entuertos ajenos", siendo solo desmedido afán de acabar con "los restos del neufragio" precisamente aquéllos que propiciaron la "voladura del buque insignia".
Nuestra indignación e inconformismo ante actitudes sectarias o intereses espurios tiene que seguir aflorando en este medio y en cualquier otro de servicio público... Podrán exigirse formas adecuadas al buen comportamiento y esmerada educación, pero no deberian limitarse ni la energía ni la dureza que amparan al derecho de cualquier perjudicado cuando éste se quiere cercenar.
Contra aquéllos que postulan desvergonzadamente que tu "no eres afectado", estamos otros, la mayoría, que estimamos que tu afección es tan digna o más que la de "los directos", por cuanto están representando y defendiendo intereses y motivaciones más profundos: los de velar por algo tan noble como los intereses de un hijo, en cualquier caso, pero con más dedicación cuando concurren circunstancias especiales... Otra conducta por tu parte, sería poco aceptable por el común de los mortales.
Por ello, tu olfato de "perro sabueso" (tómalo como frase cariñosa) lo necesitamos aquí como agua de Mayo. Y, entre otras cosas, nos agradaría mucho a todos (bueno, a todos los de este bando) conocer como están transcurriendo los acontecimientos en el tema de "la ansiada adhesión redentora"... No nos gustaría perder la ilusión de su fracaso, por mucho que nos tilden de "malos hijos"... No nos importa, pues lo que si queremos ser es "buenos padres".
Animo, Saavedra. Tu desapàrición de este medio causaría a algunos infinita alegría; pero a los más nos produciría desazón y desencaanto, algo así como cuando a un regimiento militar le abaten a su Coronel.
Te esperamos, pues, con un fuerte abrazo.- GAVILOCHE