A colación de este clarificador artículo de GurusBlog, nos gustaría hacer algunas reflexiones respecto al riesgo o bondad de la inversión en bonos irlandeses y/o de la Generalitat de Catalunya. La colocación de los bonos catalanes ha puesto de nuevo en evidencia la capacidad de las entidades financieras y de las públicas (Generalitat y demás autoridades politicas) para abusar de la confianza de los inversores.
Respecto a lo comentado por GurusBlog en su post, y como ya hemos repetido en diversas ocasiones, para nosotros los ratings y sus vergonzosas y delictivas clificaciones dejaron de tener la más mínima credibilidad haca ya más de 2 años... Dicho esto, creo que resultará interesante releer también los 13 motivos por los que nuestros amigos de GurusBlog desaconsejaban invertir en la deuda soberana catalana. Y es que jamás debemos prestar nuestro dinero a alguien que deberá volver a pedir prestado a un tercero para devolvérnoslo. Pero ese criterio no sólo lo debemos aplicar al piltrafilla del vecino del barrio que no tiene donde caerse muerto, y que nos viene a pedir dinero jurando que nos lo devolverá con, creces sableando a todo quisqui para saldar su deuda con nosotros, sino que va también por las inversiones en bonos soberanos y corporativos globales. En esa criba muchos nombres de multinacionales altisonantes caerían de la lista de nuestras potenciales inversiones.
Esa selección es hoy, más que nunca, necesaria ya que podemos vivir en un futuro próximo tensiones crediticias globales jamás conocidas. Unas tensiones que pueden impedir la habitual y plácida refinanciación que se viene dando en estas últimas décadas en las que la deuda no ha hecho más que crecer. Es decir, que esa patada a seguir de la reemisión de más deuda para pagar deuda vencida, a la que la mayoría de empresas y países se han habituado con escalofriante naturalidad, puede convertirse en una pesadilla en la que sólo los verdaderamente solventes puedan sobrevivir. Independientemente de cómo se llamen esas empresas o Estados superendeudados, la barra libre pude colapsarse, o al menos sufrir un cuello de botella crediticio que muchísimos no podrán superar.
Llevamos ya algunos años confundiendo insolvencia con falta de liquidez, y es que con una liquidez infinita no existiría la insolvencia. Pero esa liquiedez infinita que podemos crear mágicamente a base de sucesivos QE (Quantitative Easings), no debe alimentar a los insolventes más de lo estríctamente necesario. Sólo debemos usar esa facilidad para evitar el colapso y comprar tiempo para que las empresas y los Estados se conviertan (no sin enormes esfuerzos) en negocios o Estados económicamente viables. Óbviamente, ni Cataluña ni Irlanda lo son, y en esa lista podemos añadir a Grecia, Portugal e incontables empresas y países que, después de esta crisis, ocuparán puestos en sus respectivos ránkings competitivos radicalmente distintos. Las empresas y países endeudados que no consigan estabilizar sus negocios y/o mientras dure la facilidad cuantitativa, lamentablemente deberán desaparecer al más puro estilo darwiniano. Es decir, incurriendo en defaults o reestructuraciones de deuda que les situen en el lugar económico que les corresponde realmente.
Volviendo a los bonos de la Generalitat o del Estado irlandés, cabe decir que es probable que dentro de 12 meses los mercados permitan aún rolar esta deuda (aunque a precios más elevados) y se devuelva la inversión puntualmente. Sin embargo existen opciones de inversión mucho mejores, con los mismos o incluso mayores rendimientos previsibles y con un menor riesgo. Pero claro, para encontrarlas hay que hacer el esfuerzo de analizar la solvencia de los emisores, claro está, y esa labor no entra en los planes de la mayoría de agentes financieros, ni siquiera de la mayoría de los propios inversores. Es mucho más "productivo" y facilón el pan para hoy, es decir, la colocación de los productos más primados por sus emisores (Generalitat), sea cual sea su riesgo intrínseco real. Y en el mejor de los casos, cuando el criterio de selección no se base exclusivamente en la prima de colocación a cobrar, la selección se realizará mediante una simple lista de ratings, que son políticamente correctos pero fundamentalmente "inexactos". Unas calificaciones que tan sólo sirven como coraza jurídica y de falsa moral ante futuribles defaults (perdón, ¿deberíamos decir reestructuraciones de deuda?) para protección de vendedores, asesores, comercializadores, gestores de patrimonios o como queramos llamar a todos los agentes que aúnan la incompetencia a su falta de ética profesional. Un sector financiero y político que no es más que un perfecto "Show de Truman" en el que reina a sus anchas el criterio de mediocridad.
P.D. Como anécdota deciros que nos han llegado a ofrecer hasta un 1% de comisión por recomendar la compra de bonos de la Generalitat a nuestros Clientes. Y si la banca está dispuesta a compartir tan generosamente su jugoso 3% de colocación, es que la cosa está aún peor... Por cierto, como ya habréis imaginado, no hemos recomendado esta inversión a nadie.
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