Un tema central, que es muy importante entender e incorporar a nuestras inversiones, es el de que los mercados financieros no responden a variables del pasado, y en muchas ocasiones no son siquiera determinantes los datos de la actualidad.
En materia bursátil lo importante son las expectativas sobre el futuro. Una mejora en estas expectativas seguramente tendrá un impacto positivo sobre los precios, más allá de si la economía sigue o no presentando problemas en el presente.
Un ejemplo que puede ayudarnos a entender el punto es el que vemos en el siguiente gráfico. En azul vemos los niveles de precios del S&P 1500, diagramados sobre el eje izquierdo. En rojo los estimados de ganancias para las empresas que componen el índice, medidos sobre el eje derecho.
Parece claro que hay una evidente relación directa entre ambas variables, mientras peores los estimados de ganancias (rojo), peor le va al mercado (azul). Sin embargo, es importante notar que lo que importa es la evolución en las expectativas (los movimientos en la curva roja), y no si se encuentra en terreno positivo o negativo.
Por ejemplo, en la actualidad se espera una caída del 10% en las ganancias de las empresas que forman parte del S&P 1500 (la curva roja termina en -10). Una mirada superficial diría que si bajan las ganancias debería bajar el índice, ¿correcto?
No necesariamente. Hay que analizar la evolución de estos estimados de ganancias para saber si están mejorando o empeorando.
Por ejemplo, a principio de año se esperaba una caída del 50% en las ganancias. Como ahora se espera una caída del 10%, el índice tuvo una fuerte suba a partir de Marzo.
Las ganancias de las empresas no aumentan, por el contrario, siguen bajando. Aunque ahora se espera que bajen menos de lo que se esperaba en Marzo.
Si mejoran las expectativas sube la bolsa, más allá de si la economía se está expandiendo o contrayendo. En palabras de JM Keynes:
"La clave de las buenas inversiones es anticiparse a lo que van a anticipar los demás".