Muchos sabemos que las personas de éxito son aquellas que tienen unos objetivos en la vida. Son muchos autores los que dicen que vivir con el sentimiento de felicidad dependerá de cuan alineados estemos en nuestro día a día con esos objetivos.
Tras años trabajando en una empresa del Eurostoxx 50, hace pocos meses decidí establecerme por mi cuenta. He renunciado a un trabajo estable, a un horario cómodo y a un buen sueldo. Muchos piensan que estoy loco y otros tanto me llaman valiente.
Sinceramente yo creo que ambos grupos tienen razón, pero era más arriesgado seguir haciendo algo que no me gustaba, no disfrutaba y no me ayudaba a realizarme como persona ni como trabajador. Así es como he elegido perseguir mis sueños y construir mi vida en base a mis ilusiones.
La felicidad dependerá de cuán alineado esté con mis objetivos de vida
Imaginarás que en estos momentos de mi carrera profesional es vital tener unos objetivos a largo, medio y corto plazo; y a su vez, subdividirlos en pequeños hitos que me permitan la satisfacción diaria.
Uno de estos objetivos es el Trading, porque es algo que tengo pendiente desde hace tiempo, porque me aporta libertad, estabilidad y aprendizaje. Porque me parece un proceso fantástico de autoconocimiento y autogestión emocional y, como dicen con cierta ironía algunos cercanos, porque puedo y me da la gana.
Volviendo a las metas, estas podrán ser profesionales, personales o familiares, y estar dentro de grupos más grandes: formativas, de desarrollo, vacacionales, de salud, espirituales, deportivas, laborales o financieras, entre tantas otras.
Independiente del grupo en el que las consideremos, todas están perfectamente relacionadas porque comparten un nexo común: uno mismo. El individuo que elige los objetivos su propia vida.
Quén tiene un por qué para vivir encontrará casi siempre el cómo
Viktor Frankl
Hace pocos días en una conferencia TED el ponente preguntaba qué papel desarrollaban los asistentes en sus propias vidas. “¿Sois los directores generales de vuestras vidas?” les cuestionó. Y continuó: “¿Responsables de recursos humanos de vuestro día a día? ¿Directores financieros quizás? ¿Manager de departamento? ¿Oficiales, operativos, secretarios? ¿Acaso sois los presidentes de vuestras compañías?”
Esto me hizo reflexionar porque todos estos puestos son vitales y necesarios para que cualquier empresa de cierto tamaño funcione, pero es cierto que a mayor jerarquía mayor responsabilidad y compromiso. Y esto es lo que ha de suceder en nuestra vida, que tomemos el control, nos hagamos cargo de lo que sucede y asumamos aquellos puestos que no estamos atendiendo nosotros y que, en consecuencia, hemos cedido a otras personas.
Por poner un ejemplo, tener una meta profesional que ya sea un ascenso, un cambio de actividad o de empresa, por seguro tendrá repercusión en mi economía, mis vacaciones, mi relación familiar y social y, por supuesto, en mí mismo.
Los planes de actuación, trabajo bajo proyectos u objetivos definidos, forman parte del día a día laboral de muchos profesionales y empresas. Ahora bien, son pocas las personas que se marcan unas metas personales y planifican los objetivos por los que seguir moviéndose.
Cualquier cambio en mi vida repercutirá en mí y en mi entorno...
Decía Séneca que no hay viento bueno para quién no sabe dónde va y la mejor manera de saber hacia dónde ir es urgando en uno mismo y buscando aquello que mayor satisfacción le proporciona. Dedicarle tiempo, exprimirlo al máximo.
En los foros del desarrollo personal es muy común hoy día que hablar acerca de los sueños. Parece que este concepto tiene una connotación fantasiosa y creo que es por esto mucha gente lo rechaza. No me importa el nombre que se le ponga, metas, ilusiones, ambiciones, retos, alegrías, objetivos, propósito, destino, deseo, aspiración, ideal.
Cada una de ellas tendrá una acepción para cada uno de nosotros por lo tanto no es importante cómo los llamemos, lo importante será tenerlos visibles, que nos sirvan para tener un leitmotive sobre el que organizar y disfrutar de nuestras vidas.
No hay viento bueno para quién no sabe dónde va
Séneca
En mi caso he decir que he encontrado el mío en mi necesidad de acercar mi conocimiento y experiencia a todos aquellos que se interesen por crecer.
Y como el crecimiento también abarca diferentes campos he elegido centrarme en la prosperidad financiera y en el desarrollo personal.
Para ello apoyamos en el trading como un sistema con el que hacer dinero, mantenerlo y crecer como personas.
Por último, estamos en la recta final del año, mediados del último trimestre. Es buen momento para revisar si estamos cumpliendo nuestros objetivos financieros y sobre todo si tenemos total control sobre nuestra economía y finanzas personales... Sino es así, tendremos que realizar los ajustes necesarios.