Cada vez quedan menos artesanos. De hecho, poder tener un producto realizado de forma individual por un profesional es cada vez más difícil, además de caro. Y no es que estos artesanos sean muy ambiciosos, es que competir en precio con un producto que ha salido de una cadena de montaje es muy difícil.
Ha llovido mucho desde que a Henry Ford se le ocurrió hacer los coches en serie, pero su idea no sólo sigue vigente sino que además ha cambiado cualquier producción industrial. ¿Cuántos podrían tener un automóvil si se hicieran uno a uno de forma artesanal?
A pesar de todo siguen quedando ámbitos en los que las soluciones estándar no funcionan.
Desde mi punto de vista el trading es uno de ellos.
¿Y qué tiene que ver un operador minorista con un artesano? Partamos de dos escenarios que siguen perteneciendo al ámbito artesanal:
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Cuando el objetivo se sale de lo que es más común. No tendrás problema para comprarte un pantalón o una camisa si tus medidas son relativamente habituales, pero si eres muy alto o muy bajo no te quedará más remedio que ir a un sastre para que te haga una prenda a medida o comprar una estándar y mandarla a que la arreglen para que te quede bien.
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Cuando la precisión es clave. Si seguimos con el ejemplo de la ropa nos estaremos refiriendo a aquellos para los que exigen que la ropa le quede perfecta, aunque no tengan medidas fuera de los normal.
Si estamos en cualquiera de estos casos no nos queda más remedio que rascarnos el bolsillo y solventar el problema. Nos podemos empeñar en comprar nuestra ropa en la tienda de la esquina, pero no va a funcionar y terminaremos en el sastre.
Si aplicamos esto al trading nos daremos cuenta que cuando queremos ser solventes en el mercado nos convertimos en el señor bajito y gordo que quiere el pantalón a cuadros. Con el problema adicional de que además vamos a tener que ejercer de sastre.
Y seguramente nos molesta, pero como decíamos en el caso de la ropa: no nos queda otra.
Ojala fuera de otra manera, que hubiera una solución estándar, y preferentemente sencilla, que se explicara y se pudiera aplicar inmediatamente para conseguir grandes beneficios. Pero lo cierto es que no tengo el pantalón vaquero del trading. Y dudo que exista.
No nos queda más remedio que hacernos el traje a medida. Antes hablamos de dos criterios que hacen que un ámbito deba hacerse de forma artesanal. Ambos encajan en la operación en bolsa.
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La precisión es clave. Las horquillas de entrada y salida, los ratios de griegas, la probabilidad de la propia estrategia. No hay sitio para la ambigüedad. Si no haces una buena entrada el trade será malo. Si no ajustas cuando toca te saldrás de los márgenes de riesgo, la salida debe ser al precio prefijado...
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Cuando el objetivo se sale de lo que es lo más común. La mayor parte de los operadores minoristas pierden. Haz lo que hacen todos y terminarás perdiendo.
Hay buenas estrategias de base, estrategias ganadoras. Pero no es suficiente. Hay que meterlas en el mercado de forma adecuada. Las tienes que adaptar a tu forma de operar. Tiene que encajar con tus necesidades personales e incluso con tu carácter.
Sólo cuando LAS estrategias sean TUS estrategias, estarás cómodo con ellas y las empezarás a emplear adecuadamente.
Es un proceso personal. Es un proceso artesanal. Y es un proceso que lleva inexorablemente su tiempo. Y por si no fuera poco, además no es directamente transferible.
No es una cuestión de no mostrar la clave. Es que esa clave, realmente, sólo te funciona a ti.
Hasta la próxima.
