Esta es la primera vez que escribo una entrada para el blog lejos del cómodo sillón de la sala de máquinas de mi casa. Concretamente me encuentro en un frío e inhóspito concesionario Volkswagen perdido en un pueblo de Sevilla. Ya son tres las horas que llevo esperando que mi querido coche salga de quirófano y todo me hace pensar que la espera se prolongará unas horas más. Ante este panorama tan gélido leer periódicos y blogs es lo único que puede ayudarme en tan sufrida espera. El problema es que todo lo que leo es malo: recortes, paro, euribor, crispación, corrupción... ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Qué hemos hecho mal en este país de golosina y pandereta para estar tan jodidos?
He aquí el manual definitivo para convertir un país cualquiera en un desastre. Punto por punto:
1. Promueva una guerra civil para dividir a su población.
2. Cuando la termine centre la recuperación del país en el sector servicios, concretamente en el turismo. Ignore totalmente la ciencia y la industria. Apueste por el fútbol como mecanismo para mover masas.
3. Busque políticos chorizos e ineptos, cuanto más mejor. Ellos crearán un enreversado entramado que convertirá la política en un casta hereditaria y parasitaria.
4. Consiga que 70 años después del punto 1 se sigan buscando muertos por las cuentas. Bajo ningún concepto permita que cicatricen las heridas: un país que olvida su historia está condenado a repetirla.
5. Apueste por el Estado del Bienestar y cree una administración pública todopoderosa que dispense subvenciones, ayudas y subsidios a todo aquel que lo solicite. Sólo de esta forma conseguirá adormecer a la sociedad y convertirla en drogodependienta del poder público. A pesar de ello, si la cosa se complica culpe de ello al neoliberalismo.
6. No invierta en educación y cree sistemas educativos inestables, absurdos y contraindicados para alumnos motivados y con aspiraciones.
7. Compre ladrillos y pladur y construya casas, muchas casas, cuantas más mejor. Conciencie al pueblo llano de que necesita varias y repita hasta la saciedad la siguiente frase: "La vivienda nunca baja".
Le garantizo que si sigue estos sencillos pasos conseguirá crear una república bananera envidiada por Centroamérica y que en pocos años saludará entusiasmada a Mad Max. Que la suerte le acompañe en su propósito.