Cuando se habla de Charles Dow se puede caer en el error de que este venerable analista ya no puede aportarnos nada actualmente. Todos conocemos su criterios, además no hay que olvidar los muchos años transcurridos desde que los presentó en sus editoriales del Wall Street Journal.
Sin embargo sigue vigente. Nos olvidamos de los fundamentos con más frecuencia de los parece y lo pagamos.
Hoy nos vamos a referir a la necesidad de la paciencia en ciertos modo de operar.
En una entrada anterior ya comentamos la importancia de la paciencia. En concreto a la referida a Warren Buffet. Y realmente el fundamento es el mismo.
¿Y que tiene que ver con Charles Dow con la paciencia? Pues mucho, concretamente en el establecimiento de los lapsos temporales a cada una de sus tendencias.
Como es sabido uno de los elementos claves de la teoría de Dow es la existencia simultánea de tres tendencias que delimitan el movimiento en el mercado: la primaria, la secundaria y la menor. Cada una de ellas tiene un lapso temporal de funcionamiento. Podriamos generalizar diciendo que si hablamos de tendencia principal funcionaremos por años, si elegimos la secundaria por meses y, finalmente, la menor se corresponderá con semanas. Y aquí está la necesidad de la paciencia. Debes saber en que tendencia estás trabajando y olvidar las de menor rango. El tema está en que la tendencia de rango inferior se mueven en sentido opuesto a la del rango superior, por lo que obviar la tendencia de menor rango significa que durante un tiempo iremos contra tendencia. Es decir, a favor nuestra tendencia de referencia pero en contra de la que tenemos en el presente.
De esta forma si estás estás analizando empresas de forma fundamental la tendencia de referencia será la tendencia primaria. Es fácil obviar la tendencia menor, pero otra cosas es no tomar en consideración la tendencia secundaria. Aquí es donde entra en juego la paciencia. Debes mantener tu posición aunque el mercado esté en contra. Y esto algo a lo que algunos no están acostumbrados.
¿Y si resulta que la tendencia secundaria es realmente un cambio en la tendencia primaria? ¿Y si mi análisis fundamental está equivocado y realmente estoy acumulando pérdidas sin sentido? Esto por supuesto puede ocurrir, algunas acciones bajan pero no por un movimiento coyuntural sino porque realmente se compró a un precio elevado o la empresa ha perdido valor.
Determinar cuando hay que tirar la toalla no es fácil. En ocasiones se puede acumular pérdidas mayores del 35% sin que por eso la estrategia sea fallida. Hay que tener las cosas claras para tener esa pérdida y seguir en el mercado.
Y sin embargo si no tienes esa entereza ese tipo de estrategias no funcionan. De hecho uno de los problemas de algunos gestores de fondos es la necesidad de dar buenos resultados trimestrales o incluso mensuales cuando la estrategia base que utilizan se fundamental en el seguimiento de la tendencia primaria. Es decir su unidad de trabajo es el año.
Así es que, aunque su análisis sea correcto, la tendencia secundaria, contraria a la primaria, les podrá meter en pérdidas. Habrá que esperar para saber si realmente están equivocados o no. Pero ¿tendrán sus cliente esa paciencia?
¿Y qué pasará si no tenemos la suficiente paciencia? ¿qué pasará si nos olvidamos de Dow y cambiamos nuestra estrategia? Lo previsible es que la tendencia secundaria se agote y nos pille con el paso cambiado. No sólo sufrirá nuestro bolsillo sino también bajará nuestra confianza como operadores. Pérdidas esta última que no hay que minusvalorar.
Saber en qué tendencia estamos operando nos indica que tolerancia a la pérdidas debemos tener. Y si no la podemos asumir igual es que hay que operar de otra manera.
Antes de comprar una acción acuérdate de Dow.
Hasta la próxima.