Si nos piden que digamos quien puede ser el mejor científico de todos los tiempos empezarían a salir nombres como Albert Einstein o Stephen Hawking. Y no hay duda de que ambos se merecerían ese título, pero puestos a coger uno yo me quedaría con Isaac Newton.
La trascendencia de la ley de gravitación universal es prácticamente insuperable. A pesar de esto cuando se le preguntó por sus logros él no dudó en dejar claro de donde provenían: 'Si he logrado ver más lejos, ha sido porque he subido a hombros de gigantes'. Y si esto le vale a Newton creo que, con más razón, nos vale a nosotros.
Y es eso precisamente lo que tenemos intención de hacer en esta serie de entradas dedicadas a grandes figuras del trading. Coger aspectos claves de su pensamiento, frases que resuman su manera de enfrentarse al mercado y aprender de ellas. Subirnos a sus hombros para ser nosotros mismos mejores
.
Grandes figuras del trading hay muchas, pero hay una por la tengo predilección tanto por sus aportaciones como por su claridad de exposición: Alexander Elder. Su Trading for a living es un auténtico imprescindible para cualquiera que se quiera meter en estas cuestiones, y no soy el único que lo piensa así.
Son muchas las ideas de Elder que merecen ser analizada en detalle pero hoy vamos a coger una que encaja con la idea de base de esta entrada. Si Isaac Newton nos recordaba que somos el último eslabón de una cadena de conocimiento, Elder nos recuerda que nuestra propio trabajo es en sí mismo un proceso de aprendizaje, o dicho según sus palabras:
‘Ser trader es un reto para toda la vida1’
No se puede culpar a nadie por querer encontrar soluciones sencillas, es algo que tenemos grabado a fuego en nuestra cabeza. Estamos aplicando el principio de Ockham constantemente. Y por eso es normal que cuando nos enfrentemos al mercado partamos de planteamiento sencillos y dejemos de lado ideas más complejas.
Puede que demos con una solución desde el principio y logremos batir al mercado, pero lo más normal es que sacar dinero de la bolsa sea un reto complejo que requiera de nuestras mejores capacidades analíticas, sicológicas y económicas. Un auténtico reto.
Si partimos desde un principio de esa idea nos iremos preparando mejor para lo que nos vamos a encontrar.
Pero esto es sólo el principio. No existe una estación de fin de línea en este proceso, solo hay paradas intermedias hasta que nuestro propio afán de superación o el propio mercado nos llevan a seguir avanzando.
De esta manera nuestro propio desarrollo personal y nuestra mejora como trader van de la mano, al igual que ocurre con muchas otra profesiones.
Dicho más claramente, y con palabras del propio Elder: ‘Me reservo el derecho de ser más inteligente mañana, de lo que pueda serlo hoy2’
Hasta la próxima.
1 Elder, Alexander. ‘Vivir del trading’. Ed. Valor. Pág. 324. ISBN 8493622680.
2 Ibid. 325.