Tras haber dedicado nuestra sección las dos últimas semanas al futuro del euro dólar, donde recomendábamos acertadamente vender euros a niveles de 1,41, y al futuro del Eurostoxx, donde preveíamos una banda entre 2.200 y 2.500 de aquí a fin de año, esta semana vamos a analizar el bund, el todopoderosos bono alemán a diez años, que se ha convertido en el indicador adelantado más fiable de la evolución de la difícil encrucijada de la zona euro.
Tal y como se ve en el Grafico de los últimos seis meses, el futuro del bund, que a mediados de abril estaba en niveles inferiores a 120, se disparó desde mediados de julio, anticipándose al inicio de la gran turbulencia de agosto en la zona euro. La subida ha sido espectacular, llegando el pasado miércoles a niveles máximos anuales de 139,5, niveles que a la vez son los máximos de las últimas décadas. Tras ese máximo, el futuro del bund recortó en las sesiones del jueves y el viernes para cerrar la semana en 137,27.
Esto indica que a mayor miedo a un desenlace caótico en la zona euro, más sube el bund, y viceversa. Si esto es así, ¿qué nos dice ahora el Gráfico?
Tal y como se ve en la parte final del mismo, seguimos en zona de peligro. Durante septiembre, octubre y noviembre, el bund se ha mantenido en niveles excepcionalmente altos, entre 135 y 140. Todos los intentos de bajar han topado con nuevas subidas, al calor de nuevos focos de inestabilidad en la zona. Y esta semana ni la elección de Papademos en Grecia ni la elección de Monti en Italia han servido, de momento, para que el bundcorrija de verdad a la baja, si bien lo han alejado de la zona de super máximos del pasado miércoles.
Los niveles actuales del bund son incompatibles con una normalización creíble de la zona euro, y sólo una caída por debajo de 135 nos permitiría pensar en que hayamos salido de la zona de máximo riesgo. A la vez, solo si realmente el bund vuelve a situarse de forma estable por debajo de 130 podremos creer que las cosas de verdad avanzan hacia la normalidad. Dicho de otra forma, la disparidad aberrante entre los tipos de interés a los que se financia Alemania y los tipos de interés a los que deben financiarse sus socios periféricos europeos es insostenible y una de dos, o los inversores empiezan a creerse los esfuerzos de los nuevos Gobiernos periféricos o el escenario seguirá complicándose, siendo el bund el mejor indicador de cual sea la dirección.
De momento, y ante la expectativa creada por los recientes cambios, no compraríamos a los precios actuales futuros del bund, pero tampoco seríamos vendedores hasta que se fije una tendencia bajista más clara en los futuros. La misma idea de la venta de calls dada para el futuro del Eurostoxx la pasada semana puede ser válida para el futuro del bund.