Actualmente existe una preocupación sobre la evolución de los precios, en un entorno en el que los Bancos Centrales están aplicando políticas monetarias expansivas para tratar de evitar la caída continuada de los precios, es importante revisar la situación en la que se encuentran los datos de IPC de los distintos países.
Actualmente el objetivo de los principales bancos centrales es la estabilidad de precios. Ese es el motivo por el que las decisiones sobre la subida o bajada de los tipos de interés y otras medidas no convencionales como los famosos quantitative easing, están en la mayoría de los casos encaminadas precisamente a controlar el nivel de precios.
A diferencia de otros indicadores macroeconómicos en los que ‘cuanto más, mejor’ (empleo, PIB, confianza, etc…), en el caso de la inflación lo ideal es lograr una tasa de equilibrio. Para la Reserva Federal y el Banco Central Europeo el objetivo es que los precios aumenten cerca de un 2% cada año.
En teoría, una bajada de los tipos de interés (precio del dinero) provoca un aumento de la inflación por varios motivos:
Si los tipos de interés de los préstamos son más bajos, los particulares y empresas estarán más incentivados a pedir créditos al consumo o invertir en su negocio. La ley de la oferta y la demanda hace que un mayor consumo se traduzca en un aumento de precios.
Si una economía baja los tipos, lo lógico es que su divisa se deprecie frente a otras. Las multinacionales que venden productos en ese país pueden llegar a subir precios en la divisa local para no ver mermados sus márgenes. Esta ha sido la reacción de la americana Apple a la depreciación del euro. Y es que Draghi está ‘importando’ inflación.
Para una economía no es bueno ni que la inflación sea muy alta ni que sea baja o negativa (deflación). En el segundo caso, una caída progresiva de los precios puede aplazar las decisiones de compra y afectar por tanto al consumo. Los ciudadanos dirían, ¿por qué me voy a comprar un coche ahora si probablemente el año que viene me cueste menos?
El caso contrario es el de una inflación excesiva, que provoca una disminución del poder adquisitivo de los particulares. Con una inflación del 10%, con 10 euros este año me podré comprar 9 barras de pan en vez de las 10 que me podía comprar el año pasado.
Veamos pues los niveles de inflación de algunas regiones del mundo. Lo más destacable es el efecto que está teniendo el desplome del precio de las materias primas en ellos:
Felipe López Gálvez
Desarrollo de contenidos, productos y servicios Departamento de Marketing en SelfBank