A las vísperas de plena estampida veraniega se aprobó el pasado jueves el Proyecto de Ley que modifica el decreto-ley de la Reforma Laboral. Se han añadido muchas enmiendas, todas de poca trascendencia, a excepción de las relativas al despido objetivo en donde sí que se ha endurecido, como era de prever, el texto original. Y aún queda que el texto se pasee por el Senado para que el PSOE le acabe de pegar otra vuelta de tuerca hacia la derecha.
Respecto a las enmiendas que recoge el Proyecto de Ley, el PSOE presentó una enmienda muy dura que flexibilizaba los requisitos para que las empresas pudieran acogerse al despido objetivo, aunque la misma acabó siendo suavizada por el PNV. Lo nunca visto, la derecha moderando planteamientos ultraliberales de la izquierda. Pues bien, al final en el texto definitivo se cita como causas del despido objetivo por causas económicas la existencia de pérdidas actuales o previstas, o la disminución persistente de su nivel de de ingresos, supeditadas a que puedan afectar a su viabilidad o a su capacidad para mantener el volumen de empleo. Si nadie lo arregla, que lo dudo, nos topamos de bruces con una nueva modalidad de despido, el "preventivo" o lo que es lo mismo; "por si acaso ya te despido por si algún día entro en pérdidas". Lo nunca visto en Derecho, al empresario ya ni tan siquiera se le requerirá para que pruebe sus dificultades de forma concluyente, sino que le serán aceptadas hipótesis sobre el futuro de la empresa. A este paso en cuatro días nos habremos cargado todo el Derecho Laboral forjado en años de lucha obrera.Y sí, vale, la valoración final seguirá siendo del juez, pero con el redactado que se le está dando al art 51 del despido por causas objetivas, su campo de maniobra pasará a ser muy limitado por lo que en la mayoría de veces se deberán de limitar a dar como buenas las peticiones empresariales que estén mínimamente elaboradas. El problema puede venir dado de que ocurrirá si se esgrimen estas pérdidas "previstas" y al final no se materializan. Y es que son los problemas que tiene el hacer las cosas de forma chapucera.
Seguro que muchos empresarios y ultraliberales deben de flipar de lo lejos que ha ido ZP con su Reforma Laboral. Y claro que en público se mostrarán decepcionados con esta reforma, y no cejarán en su empeño de pedir más y más, pero ni en el mejor de sus sueños podían imaginarse tal escabechina en las relaciones laborales en este país.
Tal como se está planteando esta reforma laboral, ya nada será igual en las relaciones laborales de este país. Puestos a jugar a adivinos, a corto plazo, no hay que discurrir demasiado si predecimos que con la bondad del redactado del despido objetivo, serán muchas las empresas tentadas ya este otoño en soltar lastre echando al personal con más antigüedad. Todos aquellos que antes de la reforma estaban topados a indemnizaciones de 3,5 anualidades pasarán a tener un precio de salida de una sola 1 anualidad. Para los trabajadores, esta precariedad contractual debería de traducirse (aunque visto lo ocurrido años atrás con los contratos temporales, lo dudo) en la asunción de una vulnerabilidad económica que se tradujese en una menor capacidad de endeudamiento y de merma en el consumo acompañada de una mayor necesidad de ahorro para protegerse de lo que en adelante será una cada vez más acusada inestabilidad laboral.
Por último, para los acólitos defensores de este engendro de Reforma Laboral, recordarles que los datos del paro de junio, con la Reforma Laboral ya encima de la mesa, han sido malos, peores que el trimestre anterior, y ello aún a pesar que la campaña veraniega de empleo ya había dado comienzo.Y es los argumentos se van agotando para defender esta Reforma Laboral, hay quién sigue sin quererse enterar que el problema de esta país es el del agotamiento de un modelo productivo facilón y cortoplacista que no puede atender una oferta de mano de obra sobredimensionada, y que la solución no hay que andarla buscando en decapitar los derechos de los trabajadores sino en hacer una apuesta de un modelo productivo sostenible y de valor añadido en la que todos hagamos sacrificios a partes iguales.