El excelente gráfico de Bespoke muestra la clara relación entre el S&P 500 en rojo y el Dólar Index en azul (el valor del dólar norteamericano frente a una canasta de monedas). Si bien a principio de año ambos se movían en el mismo sentido, subían tanto los mercados como el dólar, a partir de Mayo queda muy claro que existe una fuerte relación inversa entre el índice y la moneda.
La explicación del fenómeno es bastante sencila: durante la primera parte del año, tanto los mercados bursátiles como el dólar subían debido a que la economía norteamericana mostraba más fuerza que la de Europa o Japón, eso le caía bien tanto a la bolsa norteamericana como a la moneda de EEUU.
Sin embargo, a partir de Abril o Mayo de este año, comenzó a notarse con mucha claridad una fiuerte desaceleración en la actividad económica de Estados Unidos. Ante tal situación, Bernanke ratificó su compromiso eterno con mantener tasas de interés en mínimos históricos y emitir toda la cantidad de dólares que sean necesarios para evitar una nueva recesión.
¿Porqué una caída del dólar puede hacer subir a los mercados?
Varios motivos, sin orden particular de importancia:
- No podemos olvidarnos que los precios de las acciones los vemos en dólares, con lo cual si la acción vale lo mismo que antes pero el dólar vale menos, el precio debería subir.
- Las compañías del S&P 500 reportan sus ganancias en dólares, pero las generan alrededor del planeta en diferentes monedas. Si esas monedas aumentan de valor frente al dólar, las ganancias de las empresas medidas en dólares son más altas.
- Las tasas de interés ridículamente bajas generan la necesidad de colocar el dinero en alguna parte que brinde un retorno razonable, favoreciendo a los activos de riesgo.
- Los precios de los commodities se benefician de la caída del dolar, favoreciendo a las empresas que los producen.
Por supuesto, sería mucho más constructivo si el mercado estuviera subiendo en base a un fuerte crecimiento de la economía global y las ganancias de las empresas. Pero como está la cosa, tanto EEUU como Europa muestran tasas de crecimiento bastante anémicas, siendo la excepción a la regla los países emergentes.
Por ahora, lo mejor que tenemos a favor del mercado es la caída del dólar.