El declive de la inflación china el mes pasado (4.2% YoY a 4.1%) puede parecer modesto pero representa el quinto mes consecutivo en el que el aumento de los precios se ha ralentizado. Incluso podemos mirar con confianza que no se trata de un hecho aislado, basándonos en que el año pasado asistimos a fuertes aumentos, la reciente relajación de los precios de la comida y unas mejores condiciones domésticas. Los precios de los alimentos todavía están en cuotas 9.1% YoY, pero por debajo de las figuras de doble dígito vistas a mitad del año pasado. De igual manera, es relevante apuntar un mayor debilitamiento en el crecimiento de las ventas de automóviles, arriba un 4.6% YoY en Diciembre. Parte de las explicación para una demanda más débil es el final de los subsidios, pero de cualquier modo subraya una moderación en el gasto y consumo.
Hay espacio para una mayor acción, tanto en tipos como en los requerimientos de capital de los bancos. Sin embargo, al mismo tiempo, cualquier relajación es probable que se articule de forma gradual. La ralentización de los préstamos, especialmente en el sector inmobiliario, fue una de las políticas claves del año pasado, y de momento, las medidas han sido relativamente positivas. Vemos que el yuan se ha comportado de manera relativamente modesta de momento en lo que llevamos de año, aunque es notable la disparidad entre los tipos on-shore y off-shore ( tan amplio como 2% al final de año) se ha reducido en estas últimas sesiones.