Muchos de vosotros recordaréis el artículo de hace casi dos años titulado "Economía y política". En él podíais ver diversos videos de líderes sindicales en contraposición de algún economista. Cándido Méndez, en las antípodas de las exigencias de reformas laborales inmediatas y urgentes que tarde y mal comienza a imponer la UE, defendía que eso haría un "flaco favor" a la salida de la crisis, y por contra exigía una mejora salarial (sic).
Toxo por su parte reclamaba un aumento de la presión fiscal de los más ricos, propiciando aún más que los ricos de este país se trasladen a vehículos de inversión tan transparentes y comunitarios como los españoles, pero con mejor trato fiscal y mayor seguridad jurídica (por ej. a Luxemburgo). Hace ya 3 años y medio que escribimos en "Busque, compare y si encuentra algo mejor... deslocalícese" que la fiscalidad debe tratarse de forma tan global como el comercio internacional, y la competencia es igualmente feroz, hoy más que nunca.
Todo ello no son más que evidencias de que a la clase política, bien sean líderes sindicales o presidentes de gobierno pseudo-estadistas, le queda muy lejos a Mr. Market, o quizá sea al Mercado al que le queda muy lejos la política tal y como la conocemos. El caso es que cuanto mayor es la tensión y riesgo sistémico, más se evidencia que ambas partes hablan idiomas distintos. Mientras que los políticos hablan y discuten sobre las medidas a tomar, Mr. Market actúa sin hablar.
La falta de acuerdo de los congresistas norteamericanos para coger el toro de la deuda por los cuernos, ha hecho más daño a las cotizaciones que el propio estado de la economía. Porque las cifras macroeconómicas de los EE.UU. no son ni mucho menos tan negativas como se cotizó en las últimas 3 sesiones. La recuperación de los beneficios empresariales es sólida, los PER medios de sus índices son moderados y el mercado laboral se recupera hasta hoy con la misma exasperante lentitud y debilidad que lo hizo en la salida de la recesión anterior, después de las puntocom. No más, pero tampoco menos. Podéis ver esto en el siguiente gráfico:
Algunos autores como Klein del Washington Post, argumentan que el mercado no se desploma a causa del aumento del gasto o del déficit, ni por el cambio en la política de estímulos. El Mercado cae ante la incapacidad de Washington de, ya no controlarlo sino ni siquiera comprenderlo. Trasladando su argumento a Europa, ¿cuantos europarlamentarios o diputados españoles creéis que serían capaces de razonar adecuadamente lo que le sucede a la economía mundial? ¿Cuántos tienen una formación económica y financiera, ya no brillante sino tan siquiera suficiente para interpretar y corregir adecuadamente la economía en el New Normal? Ni siquiera encontraríamos políticos capaces de entender y desenvolverse adecuadamente en el Old Normal. Ni a nivel internacional, ni europeo ni local.
La salida de la recesión no está nada clara. Los EE.UU. pierden el leve impulso que perecían haber conseguido a base del QE1 y QE2, y sería temerario pensar en un QE3. Por su parte, Europa se debate entre el colapso y la ruptura y un QE1 (compra indiscriminada de bonos por parte del BCE) que dudo que Alemania tolere, al menos mientras su país se mantenga dentra de la Eurozona. Japón, a pesar de su productividad sin igual, lucha contra los elementos en una batalla desigual. Y los mercados emergentes se ven amortiguados por la recesión occidental, que limita sus exportaciones. Además quizá dependan en exceso del éxito o fracaso que tenga la economía china en su aterrizaje suave.
Y mientras el escenario global se nos antoja más complejo y difícil que nunca, los políticos siguen siendo ajenos al único lenguaje que entienden los mercados: Los hechos. Y ni el congreso norteamericano, en la pasada cuenta atrás del límite de su endeudamiento, ni los burócratas de la UE (con una Merkel con un pie ya en campaña electoral), son capaces de hacer nada más que hablar, marear la perdiz y la casa (Mr. Market) sin barrer.
Estos movimientos sincopados del Mercado no son más que los síntomas de desatención e incomprensión que sufren las economías por parte de los dirigentes. En estos años, lo último que necesita la economía global son medidas populares, de un bienestar social que lamentablemente ya no podemos pagar. Ni siquiera sería prudente tomar ciertas decisiones expeditivas con luz y taquígrafos, por impopulares. En cambio sí que se toman algunas decisiones alegales o directamente ilegales, como la compra de deuda por parte del BCE cuando la legislación vigente aún no lo contempla, la admisión de surrealistas y evidentes maquillajes contables, el encubrimiento oficial del default griego, etc, etc.
Además de todo ello, lo que tenemos ante nosotros son inminentes campañas electorales tan vitales como la de Obama o Merkel, y otras de menor índole como la española. Procesos populistas que alejarán aún más a los políticos y su toma de decisiones, de lo que necesitan las economías para recuperarse y los Mercados para sanar sus heridas.
En lugar de reclamar que salga el sol por la noche, mejor nos iría si tratásemos de descansar bien para trabajar más duro que nunca por la mañana. Injusto, sí. Necesario, también.