Cuando se trata de finanzas personales, el pesimismo suele tener mala reputación. "La única excepción en la que los pesimistas suelen tener más éxito que los optimistas es en la gestión del dinero. Se preocupan más, así que tienden a ahorrar más", señala Allan Roth, columnista de MoneyWatch, portal financiero de la CBS.
Además de ahorradores, los pesimistas tienden a ser más cautelosos. Los diferentes estudios que han analizado los comportamientos de pesimistas, optimistas y aquellos con tendencias mixtas (los que más se encuentran en el mercado), han establecido que los primeros suelen tener menos expectativas a la hora de invertir, por lo que sus pérdidas suelen ser menores cuando alguna de sus apuestas sale mal. Así, ver el vaso medio vacío puede hacer que al final consigan un vaso totalmente lleno.
Ser pesimista tiene muchas cosas buenas, ya que sus características pueden ayudarles a conseguir carteras más estables y ahorros más abultados. Sin embargo, la clave para que el tiento no se vuelva en su contra es controlar la negatividad.