El pasado 26 de enero se reunieron China y Taiwán para continuar unas negociaciones que tienen sus inicios en diciembre de 2009. Ambas partes tienen cierta necesidad de que estas negociaciones acaben y se firme cuanto antes el Acuerdo Marco de Cooperación Económica (ECFA), similiar a un Tratado de Libre Comercio (TLC), debido a que entrará en vigor el acuerdo firmado por China y la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN).

Las negociaciones van encaminadas a tratar particularmente los asuntos referidos a las mercancías agrícolas y los productos de alta tecnología, que son los que Taiwán quiere proteger frente a  este pacto con China. A lo largo de estos dos meses, los dos países han completado sus correspondientes estudios preliminares y mantenido conversaciones preliminares por lo que, es posible que acaben firmando el acuerdo.

A los dos países, desde el punto de vista económico les interesa este acuerdo, saldrán los dos beneficiados. Aunque Taiwán se encuentra ante una encrucijada en la que se distinguen dos caminos, el político y el económico. Por la parte económica, tras la entrada en vigor del acuerdo entre China y la Asean, Taiwán se encontrará en una posición claramente en desventaja, teniendo que competir frente a precios menores que presentarán sus vecinos. Desde la perspectiva política, el país isleño actualmente se encuentra un tanto "aislado" porque la mayoría de países vecinos están a la espera de que el gigante asiático se posicione, para entonces determinar sus actuaciones con respecto a Taiwán. Firmar supondría, en palabras del partido opositor al Gobierno taiwanés, pasar a ser una subsidiaria de China, por la dependencia que tendría Taiwán con respecto al resto de países al estar al lado de China con la firma  del ECFA, que encaminaría el contexto pretendido por ésta última, hacia la reunificación.

Lejos queda ya la guerra de 1949 en la que Taiwán consiguió su independencia. La relevancia de acuerdos y alianzas entre países en el contexto actual, da lugar a que posturas difícilmente reconciliables pasen a ser secundarias en pos de objetivos económicos y estratégicos fundamentales para la bonanza futura.