La génesis de los fenómenos sociales de los últimos años nos ha inducido en un camino difícil y, a la vez, fascinante de estudio y análisis. En este sentido, postulamos que estudiar la realidad es complejo y en muchos casos se torna un objetivo árido y frustrante. Sin embargo, el empeño y la motivación vuelven a aparecer y así el ciclo se repite n veces.
Disponemos de un complejo tan extenso de abordajes y disciplinas como cantidad de hechos y procesos sociales se suceden continuamente. Dentro de los mismos, debemos notar, la economía tiene una importancia preponderante.
La lectura de Ramachandran (2011) trajo una interesante frase que derivó esta nota. En una de sus brillantes y entretenidas alocuciones, Sherlock Holmes le dice a su compañero Watson: Tu ves pero no observas. Casi inmediatamente esa afirmación se tornó relevante al primer párrafo de la presente.
Hay acciones de nuestra vida diaria que son automáticas y no guardan mucha relación con criterios inteligibles y premeditados. Sin embargo, hay otras que no ocurren a diario y que, en la actualidad, parecen tener un sentido cada vez más ambiguo derivado de la inmediatez o lo que muchos llaman el yugo diario.
El ejercicio de observar, algo más que la simple acción de mirar, requiere un mayor esfuerzo cognitivo. Dicho esfuerzo tal vez determinado por la motivación e interés particular sobre ese hecho. Lógicamente, esto también se determina por las circunstancias particulares de la realidad contemporánea y precedente a la acción. Como en varios hechos de la vida humana, todo esfuerzo conlleva un objetivo o recompensa. En este sentido, si la observación se replica en una frecuencia prolongada del tiempo (algunos meses o cierta cantidad de años aunque también podría proponerse una dinámica de largo plazo), obtendremos cierta utilidad la cual se materializará en lo que podemos denominar ``lecciones o ganancias del conocimiento´´.
Si pensamos en los avances de la investigación aplicada tanto en las denominadas ciencias duras como en el conocimiento de los ciclos y procesos sociales, debemos dar cuenta de una entramada dinámica de marchas y contramarchas desde la cual se obtienen resultados aplicables y de avance.
Sin dudas, podemos pensar en una sociedad con rasgos caracterizados con mayor plasticidad en la generación y absorción de conocimiento, pues los instrumentos disponibles para que estos se llevan a cabo han crecido de forma ostensible: las tecnologías de información y las relacionadas con la conectividad han promovido un salto abrupto hacia el conocimiento. No obstante, si nos enfocamos en estos últimos factores, no todo es mayor utilidad. Debemos anotar que individuos y la sociedad moderna en su conjunto presentan ciertas restricciones dadas principalmente por dos factores:
1- Capacidad cognitiva
2- Infraestructura disponible
El primero se refiere a la descoordinación y las fallas entre la aceleración de la tasa de producción de información generada por un mayor set de de canales de distribución, y la compresión y utilización de esa información. Esto pone en evidencia una restricción que postulamos como lógica en el procesamiento de toda la oferta de información bajo determinados escenarios. De aquí se deriva que ciertos contextos de opacidad van a producir fenómenos de divergencia o que se profundizan conduciéndonos al caos. Una deficiencia profunda en la toma de información disponible desde la cual determinamos nuestro comportamiento, puede conducirnos a escenarios no deseados donde sufriremos grandes pérdidas materiales, de oportunidades y de acervo de riqueza material e intangible.
En ciertos escenarios a los que los economistas denominan Mercado, las fallas de coordinación van a determinar ciertas disfuncionales en los mismos. La profundización de las fallas y las disfuncionales van a tornar más posibles a las disrupciones y caos de los sistemas económico, político y social. Seguidamente, las opciones de salida de esta fase se corresponden con las decisiones dentro de la crisis misma, en muchas ocasiones con un gran sesgo de incertidumbre y riesgo de profundización.
El segundo factor se refiere al acervo disponible y el mayor flujo de información a utilizar. Una pregunta que se deriva mediante este factor es si disponemos de una infraestructura adecuada al mayor flujo de conocimiento e información disponible. En primera instancia se generan más dudas que afirmaciones si queremos ensayar una respuesta a este interrogante. Sin embargo, desde nuestro punto de vista, podemos afirmar que nos acercamos a un punto de mayor absorción de la información disponible ante un aumento de la frontera de instrumentos aptos de procesar dicha información y que contribuyan a un mejor entendimiento de la realidad inmediata, es decir, de infraestructura disponible.
De lo contrario, podríamos observar una perpetuación en un segundo óptimo, punto no deseable o estacionario en el mecanismo de procesamiento de los flujos de información. En este contexto, estaremos en una constante inestabilidad de las dinámicas que configuran el sistema en el que interactuamos diariamente: sociedades profundamente desiguales en sus ingresos, en el acceso al sistema de leyes y el acceso a ciertos servicios básicos, pueden ser algunos ejemplos. Cabe destacar que en este contexto estaremos tomando de forma constante, decisiones poco sustentables y perjudiciales en muchos aspectos. Esta divergencia, de no activarse instrumentos de regulación automáticos o gestionados a la luz de los acontecimientos, se acentuará y, por lo tanto, conducirá a fases explosivas o de crisis sistémicas.
Sin dudas, la descripción precedente nos remonta a hechos de crisis económicas y sociales en los países desarrollados como las de 1929 y 2008 junto con sus respectivas prolongaciones y ramificaciones. No obstante, a su vez, se agregan las crisis seculares del siglo XX sufridas en las economías emergentes.
En este sentido, el desarrollo económico y social serán objetivos imposibles de llevar a cabo. Mediante las argumentaciones de estos dos factores y sus consecuencias en nuestra historia, es notable cómo los objetivos deseables del agregado social se perpetúan en el horizonte y en un dinámica de gran divergencia.
Desde estos factores podemos obtener un argumento, adicional pero parcial, al interrogante referido a la idea sobre la ausencia o el poco aprendizaje que evidenciamos al principio. Resta mucho trabajo por realizar en la materia, trabajo que evidencia tener una velocidad sustancialmente menor a la generación de información. Deberemos aprender a observar un poco más.
Bibliografía:
- Ramachandran, V. S. (2011): The tell-tale brain: a neuroscientist´s quest for what make us human. W. W. Norton Company, New York London.