A menudo, en la vida y en el tráding, nos toca enfrentarnos a rachas de viento fuerte, a tempestades incluso, ya sean provocadas directamente por nosotros o por causas ajenas a nuestra voluntad y nuestras intenciones, pero que, viendo que desconocemos su duración e intensidad final, no nos queda más remedio que movernos y tratar de avanzar, seguir viviendo y tradeando intentando arroparnos y mojarnos lo menos posible e incluso sacar alguna ventaja de lo que acontece.
Lo suyo sería que todo transcurriera con calma, el viento suave, el cielo azul, las noticias siempre favorables y esperanzadoras, y que esa conjunción de cosas buenas nos permitiera surcar los mares y los mercados sin riesgo alguno de zozobra. Pero todos sabemos que ni la vida ni el tráding son así, y mucho menos en los últimos tiempos, en los que el aire azota con fuerza el porvenir y nuestras ilusiones y mueve con rabia las velas en un sentido y en otro, y cualquier supuesto rumor o noticia (confirmada o no) acerca de ese país de Europa (de cuyo nombre no quiero acordarme...) puede teñir de verde o de rojo nuestra posición, e impulsar y hacer crecer bruscamente nuestra cuenta al alza o reducirla y minorarla sin piedad, en cuestión de segundos...
¿Qué debemos hacer cuando las cosas se complican?
Podemos intentar cambiar nuestra estrategia, no darnos cuenta de que todo es temporal, y variar nuestra forma de vivir y de operar, traicionando a nuestros ideales y a nuestro sistema, o simplemente podemos volvernos más precavidos y prudentes, armarnos de paciencia y esperar en la orilla a que se calmen las aguas y cesen los rumores...
Mejor controlarse y no operar, pero si lo hacemos, actuar de un modo aún más profesional a la vez, y seguir fieles a nuestro planteamiento inicial, sin olvidarnos nunca de los stops y de hasta dónde podemos permitirnos soportar una pérdida y esperar un beneficio.A la dificultad cotidiana de operar, se suma en estos días los rumores y certezas económicas, e incluso los vaticinios contrarios de quienes dicen que todo va a seguir cayendo más y más, o de quienes prometen que el rebote va a ser inminente e inmediato. Además, también resulta duro leer cómo otros tráders anuncian presuntamente que han doblado su cuenta en pocas horas (seguro que algunos lo habrán hecho, pero otros se han arruinado ya sin remedio para siempre...).
Mal asunto si nos fiamos de unos y de otros. Por experiencias negativas del pasado, sé que estas jornadas pueden ser propicias para ganar mucho dinero...pero también para perderlo todo. Tanto a la gente que doy formación u orientación, como a cualquiera que empieza a acercarse a los mercados y me comenta que le han "recomendado" llenar toda su cuenta de posiciones vendedoras (porque todo se va hundir) o comprar ya mismo (porque va asubir de golpe centernares de puntos), les digo simplemente que esperen, que sigan su sistema y que extemen la calma y la prudencia, sin precipitaciones...
Apostar a una única carta puede ser muy fructífero, si todo transcurre a nuestro favor, pero también mortal si se da la vuelta de golpe. Por supuesto que habrá quien ya pueda permitirse jugadas de este tipo: todo al rojo o todo al verde, de una sola vez y con un apalancamiento extremo, y puede acabar el día brindando, pero para el tráder aún en fase de crecimiento, un golpe brusco de timón puede barrer su nave...y su cuenta.Por ahora me conformo con seguir mi sistema, intentar ganar mi jornal amarrado a la consistencia, no despreciar pequeños objetivos aparentemente menores, pero que son capaces de formar un objetivo grande, continuo y sin sobresaltos...
Y aunque me pese, no dejar que el aire revuelto me nuble a mí también la mente y por querer abarcar demasiado, acabé yo volando, navegando u operando en sentido contrario.., atrapado en una tempestad de una noticia y sin sabe dónde está mi stop ni mi objetivo.
Aprender y aplicar siempre nuestro sistema, pero si hay días en los que tenemos que ver los toros y los osos desde la barrera, paciencia y prudencia, esperar y cuando llegue el momento, volver a actuar... Tras la tempestad y los tiempos revueltos y confusos, quieran algunos o no, siempre, siempre llega la calma.
Gonzalo Germán
