De qué, hablar de los casinos aquí? Esto es una web, que la leen gran parte de los denominados inversores con fundamentos. Su gurú es el popular Warren Buffet. Y Warren dice que él aprendió casi todo de un libro publicado en los años 40 de un profesor de Columbia, un tal Benjamin Graham donde se decía como analizar acciones con seguridad para luego invertir y ganar dinero.
La escuela de Graham
Warren reconoce a Graham como su padre ideológico, y Warren ha creado una masa de fans y buffetinos del mundo, como nadie ha hecho nunca. Si suelta un decálogo, se lo aprenden de memoria y te lo recitan, si suelta una sentencia hacen lo mismo. La gente deja su dinero en su fondo, con una fe inquebrantable, si se pierde un 40% ellos sueltan una sonrisa y saben que eso tendrá feliz.
Además la prensa lo adora, no solo porque tiene humor e inteligencia sino por los titulares que da. Cuando habla los que compran sus acciones de cómo invertir llena stadiums y cuando da conferencias llena teatros, cuando come se pagan fortunas por comer en su mesa. Es una de las fortunas más grandes del mundo, y la ha hecho solo invirtiendo, sobre todo en acciones tipo vacas lecheras, a las que se pueda ordeñar todos los días y te mantengan vivo, pase lo que pase. Su casa ideal lleva un establo adosado con una cuantas vacas.
Una de las opiniones celebres de Graham, que es repetida por esta masa de buffetinos, es que hay que distinguir entre inversores y especuladores o peor aun entre inversores y " los gamblers", los jugadores de casino. Y claro Graham se autoproclama como el guía de los serios y de fundamento, "si eres inversor sé como yo". Con esa pinta a que otra cosa iba a aspirar este señor profesor de los años cuarenta.
Y antes de hablar de los jugadores de casinos con cabeza o descabezados, vamos a ver si don profesor se puede poner por encima del mal y del bien, para señalar como apestados a los otros. La prueba del algodón, que sostendría o no esa pose superior, de que la suerte no te influye como a otros porque soy un inversor buffetino, sería ver si la suerte, solo afecta a los juegos de casinos y no a la inversión con fundamentos.
Mauboussin, otro doctor de Columbia
Para eso tenemos a Mauboussin, otro doctor de Columbia que está en activo, y además de docente esta activo también en fondos de inversión. Allí en la Columbia habrá coincidido con nuestro trader suicida JP. Y allí también en la Columbia este doctor con nombre moro se ha dedicado a estas cosas de la aleatoriedad en un libro publicado en España hace unos dos años que se llama "La ecuación del éxito".
Que hace un profesor de Columbia, especialista y triunfador en inversiones hablando de la campana de Gauss, como se distribuye la suerte, y como puede razonar argumentos de inversiones y riesgo con modelos de juegos de apuestas deportivas? Incluso llega a mencionar a jugadores en grupo de casino, todo un grupo de estudiantes y profesores de economía, con estrategias de rachas de juegos aleatorios y dispuestos a hacer el gamberro en los casinos, como si fueran George Clooney y Brad Pitt con su banda. ¿Que está pasando en Columbia?
Que eso pase en el MIT de Massachusetts, vale, pero en la Columbia de Warren y Graham, de los fundamentos de la inversión, no es de recibo. Y Mauboussin además demuestra ni más o menos que este tipo de inversiones buffetinas dependen en más de dos tercios de la suerte. Y a esta conclusión llega después de estar trabajando con la campana de nuestro príncipe alemán. Acabose. Si fuese Griezmann le besaba las botas.
Mauboussin se dedica a analizar varias actividades, como las inversiones, los juegos de casinos y los deportes y las clasifica en relación a lo que la maestría del oficio en esa actividad y la suerte influyen en ellas. El método que emplea es simple, coge dos dados y los tira el número de jugadas escogido, si esta con la liga de futbol el número de tiradas serian todos los partidos de una temporada. La media de estas tiradas estará en 7 y los extremos que forman los bordes de la campana en 2 y 12. Con eso construye una campana de Gauss de la suerte o aleatoriedad para cada actividad. Si nosotros tenemos recopilados los datos de estos resultados podemos levantar un área similar con los datos reales históricos. Una vez levantadas las dos distribuciones, la que ha existido y la de la suerte, Mauboussin resta la segunda de la primera, a través de la varianza, que es la distancia al eje, aunque "Mau" es más sencillo calcular las áreas , que se miden fácil y restarlas. Con esto obtiene el grado de pericia o expertos que somos en esa actividad. Es decir lo que no está contaminado por la suerte, lo buenos que nos podemos vender, si somos decentes.
Mauboussin da los resultados de distintos deportes y actividades, en base a datos reales conocidos, como le hemos copiado aquí, con los datos de los que ganan y pierden en los casinos. En las actividades analizadas por el, donde mas influye la suerte es en las maquinas tragaperras y donde menos en las partidas de ajedrez, les da un 100 y un 0 % de porcentaje a cada una. Lo importante de este trabajo de análisis previo, es que él encuentra distintas estrategias para realizar estas actividades con éxito según el nivel de porcentaje que en la actividad que desarrollas influye la suerte.
La inversión en bolsa: ¿suerte o maestría?
Como se ve en esta clasificación entre suerte y maestría deja a la inversión en bolsa, en torno a un 33% de pericia profesional y un 66% de suerte o aleatoriedad, solo la supera en aleatoriedad la ruleta y las maquinas tragaperras. El resultado en todos los deportes sobre todo el ajedrez, el tenis y el baloncesto, dependen mucho más de la maestría de los que lo ejecutan, que los inversores expertos en bolsa. No es para convencer a la gente que le vas a mover su dinero con estos datos.
Con esto también se desinfla bastante el mito de que los que juegan con el dinero son los otros de Graham y los buffetinos del mundo. Estos, para ser tan subiditos deberían tener la estatura de un Kasparov, un Nadal o un Michael Jordan, y además deberían de cambiar de actividad. De momento lo suyo es resignarse a estar entre los jugadores de hockey hielo y los jugadores de la ruleta, bastante más arriesgado que la actividad de un buen gambler profesional del póker, por citar algo menos volátil.
Maobuossin les diría que para ese porcentaje de aleatoriedad en su actividad, la mejor estrategia seria tal y cual, pero para eso ya está el libro, para quien quiera enterarse de esas cosas. Aquí solo nos estamos justificando por ir a las Vegas, al reino de la aleatoriedad, al infierno de los apostadores, por escribir de maneras de apostar, por encarar la suerte y el riesgo. No olvidar también que el libro habla de cisnes negros y de según qué porcentaje de suerte infecte tu actividad es letal confiar en lo que has aprendido ejerciéndola. No parece muy adecuado, sin analizarnos esto del posar que la suerte no va contigo amigo.
El libro tiene una anécdota española, de alguien que le toco el "gordo" de la lotería.
La anécdota es que a mediados de los setenta un español estaba buscando un boleto con el número del gordo de Navidad que acabara en 48. Lo encontró y lo compro y le toco el gordo. Cuando le preguntaron los periodistas por que se había empecinado tanto en comprar ese número, contesto
"Me pase siete noches seguidas soñando con el número siete, y siete por siete son 48".
Bueno ya estamos preparados y con buen humor para volver a Las Vegas .