Jornada de doble recorrido en Europa (de más a menos, y de menos a más), en la que los índices periféricos han tenido un comportamiento claramente peor que el resto. Esta tendencia dura ya más de tres semanas: desde el 22 de octubre, el Dax alemán le ha recortado 600 puntos de cotización al Ibex 35.
El selectivo español ha estado lastrado por el mal comportamiento del sector bancario, contagiado por el desplome de Caixbank tras el anuncio de La Caixa de anunciar una emisión de bonos canjeables por acciones de Caixabank.
Sin embargo, han sido otros dos acontecimientos los que más importancia han tenido en el día de hoy.
Por un lado, el dato del PIB del Tercer Trimestre en la eurozona, que ha quedado por debajo de lo que se esperaba (+0,1% frente al +0,2%). La recaída de Francia (-0,1% cuando se esperaba +0,1%), y el frenazo de Alemania (en el +0,3% esperado), son las causas de esta mala lectura, mientras que los países periféricos, como España, Italia o Portugal, presentan un mejor comportamiento relativo (tan sólo Italia y Grecia siguen en recesión, a lo que hay que sumar el crecimiento negativo de Francia).
Así pues, habría que desplazarse mucho tiempo atrás para observar al PIB de la Eurozona evolucionando en paralelo al de España (+0,1%). Este dato demuestra que se está produciendo cierta convergencia en el ritmo de crecimiento de las economías de la Zona Euro, reduciéndose el gap entre la evolución del Norte y del Sur, lo que no resulta algo positivo, ya que se debe mucho más a la pérdida de inercia de las economías core que al mayor impulso de las periféricas.
El otro foco de atención ha estado en la comparecencia de Janet Yellen, en el Senado americano. Ayer se conoció el discurso que la nueva presidenta de la FED pronunciaría, y que mereció el aplauso del mercado, al hacerse una lectura sesgada en clave de continuidad de los estímulos.
En su comparecencia, Yellen ha sido incluso más ambigua, afirmando que los estímulos continuarán hasta que la economía americana sea lo suficientemente robusta, y que no existe un momento concreto para reducir las inyecciones monetarias, destacando que, en su opinión, lo que se gana con este tipo de políticas monetarias supera los perjuicios de las mismas.
De esta forma, Yellen no contribuye a clarificar el panorama, siguiendo la tónica dispar del resto de miembros de la FED. En estos momentos, los mercados se encuentran bastante desubicados respecto a esta cuestión, y lo único que descuentan es que el tapering no tendrá lugar en la próxima reunión de la FED en diciembre.
La configuración de un escenario más concreto sobre el anuncio del inicio de la reducción del QE seguirá siendo el principal catalizador de las Bolsas hasta finales de año.